La fuerte carga de identidad nos otorga la posibilidad de abandonarnos al estimulo de los materiales, con el fin único de trasmitir el espíritu de nuestra cultura. Las decisiones formales le pertenecen a nuestra herencia. La planta del volumen principal consta de un tablero de 9 crujías acomodadas como un juego de gato X y O. Es una simetría perfecta que libera todo el espacio interior, logrando una planta libre, donde los únicos muros divisorios son los que conforman las alcobas de descanso situados en las esquinas superiores.
Deseamos justificar cada acto creativo-constructivo en un concepto fuerte de nuestra cultura, el diseño le pertenece a México y a ser mexicanos.
El acceso principal esta orientado al Noroeste, te recibe un jaguar tallado en madera iluminado naturalmente por una ventana circular de concreto aparente donde puedes recostarte y leer o solo descansar.
CASA CARACOL
Detrás esta la Sala inspirada en una serpiente ahora emplumada en piedra y enroscada, sus ojos miran a ambos lados cuidando a quien este sentado en ella pero también a quien entre por primera vez al recinto. Los escalones representan su lengua, todo en una sencilla composición geométrica. Rematada con una Obra de gran formato, matérica del artista *Rigoberto Orozco* inspirada en el Cielo de Sian Ka’an; en el centro se planta una Escultura en concreto, bruto y sincero, del mismo artista. La idea fue hacer un vaciado (del espacio negativo) del *Cha’ac Mo’ol* como si fuese parte del molde y la cimbra. De sus manos nace la base y la intención fue reinterpretar con respeto el pasado y convirtiéndolo en Mesa, que se termina al momento de compartir, cuando aparecen las cabezas de los comensales. Opuestos de peso y ligereza, pesada para que no se la lleven a ninguna parte. Anclada al piso y cantilever. La vajilla es obra de *Luciano Matus*, Ihiotica, que significa “con aliento”. Homenaje a nuestro Mexico y la Conquista, La pirámide y la Cúpula. En un solo momento.
A la izquierda esta la cocina forrada en acero, pesada. Imperfecta. De ella se desprende un tablón para desayunar cercanos a la puerta izquierda gemela de la casa. Donde existe otra ventana circular que perfora la pirámide. Algo así como unos aretes, o como dos oídos, que observan a la naturaleza.
Bajo la escalinata de la pirámide una cava, construida en varillas de metal, un piso de grava, y algunas colecciones de objetos personales del cliente.
CASA CARACOL
Entre las alcobas privadas y la mesa existe un espacio con doble altura donde sentado levanta las manos un hombre que agradece, con un recipiente que genera tension hacia la instalación de la escultura obra de Luciano Matus, una *mano de metate de* bronce, por así llamarla, con una patina hermosa que es custodiada por tres orbitas de metal, suspendida a su vez por un cable de acero anclada a un tercer óculo en la planta alta; en recuerdo al gesto de colgar una piñata. Un gesto sutil como la obra del artista, que logra invertir con una linea la forma de la pirámide. Siendo este espacio la conexión entre lo privado y lo publico. Lo divino y lo mundano.
Detrás el toilette de visita quien esta flanqueado por dos espejos paralelos y un patio al aire libre, que se descubre al buscar el lavabo. Un pequeño patio al aire libre con una piedra cóncava bruta y con toda la fontanería en cobre sin mayor pretensión.
Las recamaras cuentan con sencillos acabados en piedra, los pisos nos tocan los muros tratando de respetar la estructura principal. Cada espacio de descanso cuenta con un baño y una ducha al exterior.
La alcoba principal disfruta de una tina de ónix monolítica y un sauna. Por otro lado la alcoba de invitados cuenta con una pileta dentro de un patio español, donde los limites del agua se funden en charcos, un trampantojo que hace aparecer en su reflejo el infinito del vacío y la piedra.
el proyecto es una reinterpretacion del pasado y su conexión con el presente
Sijil
Rigoberto Orozco, Carlos Morales
Foto: Jaime Navarro
Comunicación: area colectiva