REFORMA INTEGRAL DE UNA VIVIENDA EN EDIFICIO RESIDENCIAL
Un espacio oscuro y sombrío con mas de 40 años de antigüedad donde la compartimentación espacial y los revestimientos verticales a base de moqueta adherida, se mostraban como señas de identidad de una época pasada.
Para los clientes, la mayor barrera estaba en la poca luz que aprovechaba la vivienda y en un par de espacios interiores, situados justo en el centro del conjunto, que veían como una barrera insalvable.
Se presentaba también la típica disyuntiva de pareja entre decidir si aislar la cocina o dejarla formando parte del salón/comedor.
En este contexto meeecarquitectos decidió abordar el encargo, dentro de un pensamiento contemporáneo, ensayando sobre la estigmatización que experimentan los espacios interiores como consecuencia de la historia de la no arquitectura que nos ha tocado vivir. Sin olvidarnos de todos los ingredientes históricos que la arquitectura tradicional nos brindaba y que por culpa de las nuevas tecnologías vamos dejando a un lado.
Para ello eliminamos la tabiquería interior, excepto en los núcleos húmedos, y realizamos la compartimentación con el propio mobiliario de almacenaje de la casa. Al salón, ahora diáfano, se le agrega un espacio polivalente que reforzara el uso de la vivienda. Una zona de juegos para los niños, una ampliación del comedor en los días de reuniones con amigos, o una habitación de invitados, permitirá al nuevo hogar mutar y adaptarse a las necesidades de sus ocupantes en cada momento. La vivienda al servicio de las personas, como no podría ser de otra manera.
Por su parte, la cocina, ahora abierta y aislada al mismo tiempo, satisface las pretensiones de quien la habita y compone la zona de día con una forma de “L” que propicia una regulación térmica natural gracias a la ventilación cruzada, y una vista doble hacia la gran vía de Caravaca y el municipio de Cehegín, a 7km de su localización y municipio natal de los propietarios.
En el corazón, ese espacio húmedo, degradado durante tanto tiempo, se convierte en el eje central que articula el día a día de sus ocupantes.
Es en este punto donde me gustaría reflexionar sobre esos tristes y olvidados espacios interiores que, comúnmente destinados a ser espacios servidores, la arquitectura, o más bien los arquitectos, no todos, los tratan como elementos aislados de un programa de necesidades que, si no fueran tales, intentarían obviarlos.
Y tanto es el maltratado destino que se les ha otorgado a estos lugares que, tristemente, los usuarios habituales de puntuales servicios, los ven de manera análoga a los que los distribuye. Esas cuatro paredes oscuras y sombrías se han convertido a lo largo de los tiempos en piezas difícil de encajar en sucesivas reformas.
Sumémosle a este contexto 40, 50, o 60 años de historia, dentro de un parque edificado más o menos especulativo, sobre el que entrado en los años veinte del nuevo siglo se quieren actuar para reformar. Y ahora, inmersos en este escenario, para terminar de imaginárnoslo, quitemos de la ecuación la formación y disposición critica ante tales encargos.
Esos lugares que son, fueron piezas engalanadas, en su mayoría, con la bisutería más rentable y las ropas más apropiadas de la época. De órganos, huesos y pieles obsoletos, se presenta necesaria una severa operación de cirugía que no solo actúe sobre la epidermis, sino que se involucre en estratos más profundos.
La arquitectura, al servicio de la sociedad, no desde el diseño contemporáneo manido y banalizado, sino desde un punto crítico con nosotros mismos. Aportando nuevas perspectivas e involucrando nuevos agentes.
Con ese pensamiento ensayamos nuestro proyecto de reforma integral en #lacasamediatriz. Como si de un laboratorio macroscópico se tratara, desarrollamos el proyecto entorno a este elemento central y olvidado. Reduciendo la entropía irreducible, al situarlo como núcleo termodinámico ordenado de la vivienda.
Y ese espacio interior en el que nadie creía, y miraban con aires de superioridad, se erigió como eje central del hogar con un primitivismo contemporáneo implacable. Y la familia evolucionaba entorno a él. Y los espacios exteriores se preguntaban que hicieron mal, si ellos tenían ventanas. Y este les contestó, con la humildad que lo caracterizaba desde que nació, todos podemos ser, sólo hay que pararse a analizar adecuadamente. Y entonces nació la arquitectura.
Y el nuevo primitivo espacio interior, ya no era interior ni tampoco exterior, había alcanzado una nueva condición que los demás anhelaban únicamente volviendo al pasado, pero perteneciendo a otro tiempo.
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