09 de mayo de 2015
Aguas turquesas
Patong Beach es una playa calma y llena de pescadoras ubicada en una bahía cerrada: además del ser la principal atracción de Phuket, es uno de los destinos más visitados de Tailandia. Se encuentra rodeada de bosques con construcciones rústicas: hoteles, villas y departamentos para alquiler. En los alrededores también se pueden encontrar bares internacionales como el Hard Rock Café y Hooters, además del primer boliche bailable de Patong, inaugurado en 1993: Banana Disco.
Atardeceres mágicos
La Promthep Cape es la isla más fotografiada a la hora del esperado sunset. Todas las tardes arriban grupos de turistas en motos, micros y autos para conseguir una ubicación privilegiada y llevarse la deseada postal. Después de los flahes, suelen visitar el faro que aloja un museo especializado en antigüedades marítimas.
Safari en Khao Phra Thaeo
Ubicado al norte de Phuket, se trata de un Parque Nacional en el que vive el último bosque tropical virgen de la isla: especies de animales salvajes como los langores, los ciervos ladradores, los jabalíes, los monos y los gibones conviven en armonía. También es la casa de aproximadamente cien especies de aves, que entre sus enormes árboles y enredaderas construyen sus nidos. Los distintos caminos que pueden recorrerse en excursiones con guías, tienen entre una y cuatro horas de duración. El predio también cuenta con un museo y un centro de información.
Buda Sagrado
Desde las colinas de Nakkerd y con una vista cenital sobre la isla, el imponente e inmaculado Buda de Phuket se levanta como un coloso. Mide 46 metros de alto por 24 de ancho y cuerpo está revestido en mármol birmano brillante. Los visitantes dejan sobre él pedidos y mensajes de paz: luego del tsunami del 2004, se convirtió en un espacio de culto, reflexión y agradecimiento.
Turismo nocturno
Cuando cae el sol y se encienden las luces, las propuestas en la isla son tan variadas y atractivas como durante el día. Los restaurantes, clubs con karaoke y discotecas está abiertos hasta bien entrada la madrugada y tienen propuestas para todos los gustos. Los bares superan el centenar y sobre la Bangla Road, que de noche se vuelve peatonal, el transeúnte es apelado por los carteles de neón, la música alta y los aromas de las especialidades tailandesas.