Miércoles 16 de mayo de 2018.
El Estudio Barozzi Veiga nos presenta Bündner Kunstmuseum, el cual, en la última semana, obtuvo un reconocimiento por parte del Royal Institute of British Architects como uno de los 20 proyectos destacados del 2018.
Bündner Kunstmuseum es un ejercicio de integración dentro de un conjunto urbano. A pesar de las estrictas limitaciones de la trama, el diseño se esfuerza por minimizar su volumen exterior invirtiendo el orden lógico del programa.
Se genera un nuevo espacio público que incorpora el jardín que rodea la Villa y se integra con los jardines de los edificios cercanos.
Esta inversión programática consiste en ubicar los espacios de exhibición bajo el nivel del suelo, de tal forma que el volumen emergente, sobre el nivel de la calle, contenga solo los espacios de acceso público. La huella reducida del volumen permite ampliar el jardín existente y mejora la cohesión del conjunto.
La extensión se entiende como un edificio autónomo, independiente del edificio histórico, aunque los principales esfuerzos del diseño están destinados a reinterpretar aquellos conceptos que permiten establecer un diálogo arquitectónico entre los dos edificios en una relación clara y coherente que es un continuo entre la Villa Planta y su extensión.
Este diálogo entre los edificios nuevos y los antiguos se basa en el equilibrio que existe entre sus estructuras clásicas, una clara referencia a la influencia de Palladio en Villa Planta y su ornamentación. En cuanto a su organización espacial, ambos edificios presentan un plan simétrico central y ambos utilizan la geometría como herramienta para la cohesión. En la extensión, esta configuración clásica también permite simplificar el sistema estructural y organizar las salas de exposiciones en los niveles inferiores.
En cuanto al sistema de ornamentación, los ornamentos de Villa Planta hablan de las influencias orientales de sus orígenes, mientras que en la extensión, el sistema compositivo de las fachadas refuerza su expresividad y autonomía con respecto a la Villa. Cada edificio muestra su propia identidad, basada en principios comunes (estructura y ornamento), para reforzar la idea de un todo.
El proceso de purga de elementos superfluos que comenzó con los diseños de Piloña y Lausanne alcanza un punto de madurez en el Museo Bündner. Aquí, el diseño elimina todo lo que no es estructura, construcción y división programática, todos unidos en un solo todo.
Fuente: Barozzi Veiga barozziveiga.com
Imágenes cortesía de: Simon Menges