El planteo del espacio «Showroom de las empresas» diseñado por las arquitectas Lola Fernández y Clara Chediack fue generar un quiebre con el concepto de showroom. Por lo tanto, se trató de generar un lugar atractivo, único y dinámico que llame la atención del espectador y que lo invite a conocer las infinitas posibilidades constructivas que los materiales nos permiten.

En el espacio el usuario es abordado desde varios sentidos. Primero la vista, con el juego de volúmenes entrantes y salientes y la iluminación; luego el tacto, al poder tocar los distintos materiales; y por último, la audición, por la proyección de sonidos de la naturaleza que unifican las distintas situaciones, creando un espacio de alto impacto.

Etapas de la construcción del espacio N° 5 «Showroom de las empresas»

El desarrollo constructivo se planteó en tres partes. La primera es el armado de la estructura de los tabiques facetados en taller, ya que por la complejidad de los mismos se dificultaba armarlos en el espacio. La segunda etapa fue el montaje de los mismos in situ, con la colocación de cada una de las varillas de Atrim. Y la tercera, la colocación de las placas de madera y los paneles verdes.

Cada uno de los materiales fueron elegidos con un propósito: lograr una lectura rápida del espacio en donde no haya contaminación visual sino ciertos puntos de atracción, como los paneles de musgo. Esto además, descontracturan con la morfología triangular de ángulos agudos.

A la vez, utilizamos la panelería de Faplac para generar una continuidad visual, cuyo único recurso fue el juego de dos placas y una microperforada. La luz también toma una gran importancia en el espacio, iluminando ciertos paneles o resaltando mediante el uso de una paleta oscura de Alba.