El barrio de la Recoleta tiene uno de los recorridos de decoración y diseño más impactantes de Buenos Aires. Su arteria principal, la calle Arenales, crece a lo largo y ancho entre Paraná y Cerrito con más de 50 locales de muebles, objetos de decoración, obras de arte, alfombras y blanquería, entre otros. Los comerciantes, agrupados bajo la Asociación sin Fines de lucro Distrito Arenales, trabajaron en conjunto con distintos artistas y diseñadores para intervenir sus vidrieras: el concepto que atravesó todas las obras fue el de la primavera. JULIO OROPEL, Presidente de DArA (Diseñadores de Interiores Argentinos Asociados), y SEBASTIÁN SALAZAR -Presidente de Distrito Arenales- inauguraron la celebración en un exclusivo evento desde la terraza de la galería de arte Praxis.
El diseño puertas afuera
A lo largo de una suerte de rayuela urbana, las intervenciones se iban sucediendo a cada paso: baldosas pintadas en damero artístico, botellas colgantes de las marquesinas, retazos de bolsas flameando al ritmo de la brisa y muestrarios textiles para mirar hacia el cielo. Para quienes están acostumbrados a pasar tiempo dentro de las casas de decoración, la experiencia de redescubrir vidrieras y fachadas como paseo urbano fue reveladora. También para los peatones y conductores, que se detenían ante cada sorpresa para improvisar una toma artística con tablets y celulares. En la noche del 30 de septiembre, Distrito Arenales continuó la fiesta sobre la calle, que fue copada por vecinos, entusiastas de diseño y artistas: música en vivo, cocteles y food trucks le pusieron ritmo y sabor al festejo.
Vidrieras con encanto
Una de las intervenciones más destacadas fue la de la tienda SALAZAR CASA, ubicada en el Pasaje Rue des Artisans. PAOLA ROSSI y PATRICIO LIX, a cargo del proyecto, comentaron: “Surgió la idea de generar un cielorraso interactivo y texturado. Los globos como textura de celebración y algarabía, festejando la llegada de la primavera, la felicidad y el amor”. Para la vidriera de Elementos Argentinos, VERÓNICA GOSSO EGUÍA y MATÍAS VERELLEN trabajaron con la idea de un estallido de colores que se espía a través de una abertura: “Es la música, la alegría en nuestras vidas. Las ovejas se colorean, se impregnan, se mimetizan camaleónicamente con el paisaje. Reflejan en sus lanas los colores de los cielos, montañas y llanuras, su vegetación con paletas propias. Son la variedad y riqueza natural”. En una lectura subacuática de la primavera, La Europea presentó “El Arrecife”, diseñado por BEA y MECHA PALACIO y JERÓNIMO FANELLI, de Tacadi: “Fue concebido como un oasis en el medio de la ciudad, buscando crear un foco de atracción para el espectador que transita sus calles. La propuesta busca incentivar la sensibilidad visual, llevando al espectador a un estado de contemplación y armonía, logrando también la interacción del mismo con el entorno”, cuenta el equipo, que fusionó forma y color para provocar un impacto visual que estimula la imaginación.
La intervención del bazar Memorabilia, inspirada en Alicia en el País de las Maravillas, fue realizada por VERÓNICA JULIÁN: utilizó materiales reciclables como P.E.T., papel mural, poliestireno expandido, maderas livianas y géneros textiles. El frente de la casa Ronchamp fue diseñado por CRISTINA LE MEHAUTE y VANINA MIZRAHI, quienes reutilizaron un recurso material propio del local, dándole un valor estético y sensible: “Usamos el rollo de las telas, el rastro de que ahí sucedió algo: había una tela que ya no está, dando lugar a pilas de rollos que utilizamos para sujetar la fachada”. Las hojas y mariposas de papel colgadas como guirnaldas cruzadas en la vidriera de SOFÍA WILLEMOËS, los retazos textiles de colores de PÍA FRADUSCO en la puerta de la Rue des Artisans y la catarata de viruta de papel que inunda el local de Hábito fueron algunas de las intervenciones más fotografiadas. La ruta de Giro Arenales, que promete próximas ediciones con el mismo formato de intervenciones, condujo a una experiencia urbana, colectiva y lúdica con el diseño como destino final.