Tiene la sensibilidad de un artista, la adaptabilidad de un diseñador y la formación del arquitecto. Casas, hoteles, intervenciones, esculturas, objetos e interiores componen por igual su heterogéneo repertorio de obras.
Imágenes cortesía de Julio Oropel www.juliooropel.com
Desde su bunker creativo en el barrio de Congreso, un departamento de los años 30 que restauró e intervino con su impronta y colección de obras y objetos, JULIO OROPEL conversó con ESTILO PROPIO acerca de sus rituales a la hora de diseñar, su visión sobre la arquitectura, su rol dentro de DArA y sus planes para el 2016.
El universo Oropel trasciende la arquitectura, es un híbrido entre el diseño y el arte, ¿no?
Yo siempre digo que antes de arquitectura, estudié matemáticas y física: empecé ingeniería química porque tenía facilidad para las ciencias. Me entusiasmaba la idea del laboratorio, mezclar líquidos, fluidos, colores, materias, pero en realidad siempre tuve inclinación por el arte: me di cuenta de que me gustaba eso del experimento aunque aplicado a cosas más concretas. De chico dibujaba bastante, siempre tuve una cosa con la tipografía: hacía letras góticas con tinta y pluma para los títulos en las carpetas.
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Ya tenías incorporado el hábito de la mano alzada
Sí…en el segundo año de ingeniería entré en crisis y dejé. A mí me obsesionan los materiales: cuando lo entendí, cambié de camino.
Además de la madera, que es casi tu sello personal, ¿con qué estrás trabajando ahora?
Durante el verano me dediqué a visitar fábricas que utilizaran procesos distintos sobre materiales ya conocidos. A veces uno no conoce el límite de aplicación de esas técnicas. Encontré de todo, cosas divinas que ya estoy empezando a probar: metales, enlozados, ladrillos refractarios, materiales comunes con procesos diferentes. Ahora estoy probando revestimientos con cobre por ejemplo: investigué cómo se hacen esos covers sin que sea todo de cobre, vi cómo se hacen los baños, cómo son los procesos químicos, qué medida tienen que tener, etc.
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¿El laboratorio empieza en tu estudio o testeás durante el proyecto?
Siempre pruebo en pequeña escala. Ahora estoy con el alambre común que se usa para hacer hormigones o la malla de algún balcón: se cobrea y se le da una terminación mate o brillante. Una vez que vi cómo quedaba, lo apliqué sobre un proyecto en el que estoy trabajando.
¿Vivís sólo todo el proceso creativo y experimental?
Soy bastante solitario en eso. Con JOSÉ LUIS OTIÑANO hacemos cosas juntos, pero en general a mí me cuesta bastante, soy muy personalista en mi trabajo. En la parte creativa a lo mejor puedo trabajar más en equipo: pensar, llevar al papel y terminar en el render. Pero a la hora de materializar el proyecto, la energía es otra y me gusta asumirlo de manera personal.
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¿El boceto sigue siendo parte del proceso o vas directo a la computadora?
Sí, dibujo mucho a mano alzada y me encanta: antes hacía los croquis con acuarela, parecían cuadros. Yo pensaba que el render era un horror pero vi que el cliente se siente más seguro, porque un render hoy te da una aproximación muy cercana a lo que va a ser la obra final. A mí me pasa últimamente con los trabajos que hago: veo el render, veo el trabajo, y tengo que fijarme bien cuál es cuál. Pero la idea generadora siempre surge en el dibujo.
Siempre que te presentás como arquitecto aclarando que también sos diseñador.
Tiene que ver con la escala. Yo soy arquitecto, pero hay arquitectos puros que jamás harían un interior. No lo manejan, no les interesa, tal vez lo consideran una tarea menor o no podrían diseñar un objeto. A mí ese cambio de escala me nutre, lo hago con placer: puedo diseñar un mueble, un interior, un edificio o una casa. El diseñador tiene incorporado el cambio de escala, el arquitecto tiene una mirada más macro.
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¿No crees que los límites entre ambas disciplinas se van desdibujando? Incluso en tu caso, con el arte como mediador.
Yo reconozco que me encanta la escultural. Pero sí, se desdibujan cada vez más, aunque no todos los actores de estas áreas son tan abarcadores. Hay muchos arquitectos que en sus obras hacen arte, pero en esa escala.
El buen interiorismo no rellena espacios con cosas, sino que les da sentido. ¿Cómo realizás esa operación?
Busco que los espacios tengan una identidad, que expresen algo, más allá de poner objetos o muebles. El tema de los revestimientos es importante, porque si no la cáscara es siempre neutra. Las paredes, el techo, el piso: tiene que haber una propuesta integral. También el tema de los espacios: hoy no son tan estancos. La cocina es la que más ha mutado: puede ser cocina, escritorio, oficina, living. Esos límites son los que se están corriendo, las funciones tan marcadas. El avance tecnológico también nos propone nuevos artefactos para mayor practicidad y confort, pero hace un cambio en las dimensiones: antes los televisores eran chicos, hoy son microcines.
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¿Apostás por la casa inteligente?
Sí. Yo antes tenía más negada la tecnología, pero te gana. Además se traduce en ahorro de energía: es sustentable, uno puede hacer que las cosas se accionen sólo cuando las va a utilizar.
Insistís en la necesidad de la observación y la escucha. ¿Cómo es el vínculo con la gente que te convoca?
La gente cada vez escucha menos y observa menos. Para un diseñador es básico observar, porque es lo que te nutre. Todo es estímulo, hasta la tecnología misma. Trabajar con alguien que sabe lo que quiere es fácil: jugás con algunas alternativas, pero ya lo captaste. El desafío es el cliente que no sabe lo que quiere, porque duda todo el tiempo.
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¿Cómo vivís tu lugar en DArA?
Descubrí nuevas facetas en mí, nunca pensé que podía estar al frente de una institución así. Soy permeable a que las cosas me sucedan y me gusta poder cambiar, no soy estructurado en ese sentido. Siempre estoy generando ideas y me entusiasmo enseguida: me gustan mucho las acciones que tienen que ver con la calle que se toma y se abarca, con la gente como protagonista.
¿En qué estás trabajando ahora?
En un proyecto que me entusiasma mucho: hacer una capilla en un colegio en las afueras de Buenos Aires. Me encanta la educación, fui docente muchos años y soy docente de alma.
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Agenda DArA
Abril | Beca en Estilo Pilar.
Mayo | Festival “Diseño & Madera” en la Plaza de la Flor + Festejo del día del Diseñado: “Interiores Inteligentes”.
Octubre | Giro Arenales + Congreso DArA ID con referentes del diseño internacional: “Diseño por diseñadores”.
Noviembre | Gala DArA 30 años.