28 de marzo de 2019
Onaire es un colectivo gráfico formado en el año 2007 por cinco diseñadores gráficos: Mariana Campo Lagorio, Gabriel Lopatin, Sebastian Puy, Gabriel Mahia y Natalia Volpe. Su trabajo «De lo individual a lo colectivo«, fue seleccionado en la Bienal Iberomericana de Diseño 2018 en la categoría «diseño integrales / transversales».
Con el grupo hemos desarrollado un método de trabajo que denominamos Guiso gráfico, el cual demuestra el sentido de nuestra labor colectiva. Es un método que propicia la participación de todos los integrantes y hace que la obra subsuma en una sola composición las visiones de cada uno, trascendiendo de esa manera, la expresión individual para lograr una expresión colectiva.
Los murales producidos por el colectivo son un ejemplo del sentido de apertura que nos brinda el Guiso gráfico, nos permite compartir el trabajo con otros participantes y actuar simultáneamente con otras actividades.
Entre los trabajos realizados podemos mencionar cuatro experiencias significativas: El mural de la redacción de la revista Hecho en Buenos Aires, el mural de la sala de espera del Hospital de Día de Oncología Garrahan, el realizado para la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires y los murales para una escuela de nivel secundario en Lules, provincia de Tucumán.
Para realizarlos invitamos a las personas que forman parte de cada comunidad, para dibujar con nosotros y trabajar desde lo individual a lo colectivo. En el caso de Hecho en Buenos Aires, lo hicimos con los vendedores de la revista; el mural de la sala de espera del Hospital lo hicimos con niñas y niños en tratamiento oncológico, familiares, médicas, médicos y maestras; en la Facultad trabajamos junto con estudiantes y profesores de la materia Diseño y Estudio de Género, en el marco de la 3° Bienal de Diseño FADU / UBA; y en la escuela lo hicimos con estudiantes.
Las cuatro experiencias nos emocionan, por sus resultados gráficos y comunicacionales, porque lo producido es una suerte de lo inesperado. Los pensamientos, las necesidades, los reclamos, las voces, muchas veces silenciadas, se materializan en la composición colectiva con la posibilidad de tomar la palabra.