04 de octubre de 2017.
Ambientado para una pareja joven que buscaba ubicación en el centro histórico de la ciudad, el departamento se encuentra en un edificio de dos pisos de los conocidos como “pre-revolucionarios”, que originalmente alojó a la imprenta del primer periódico de la ciudad, pero luego se restauró como edificio multifamiliar y también fue oficina durante un tiempo.
Tonos y texturas.
Las puertas corredizas y espacios de guardado fueron revestidas en madera natural contrachapada, cuyo tono genera un contrapunto cromático con los viejos ladrillos a la vista. Para la ambientación se eligieron colores neutros: blanco, negro, gris y beige, aplicados en géneros textiles, mobiliario, blanquería y artefactos de iluminación, cuya estética industrial y vintage completa el clima del ambiente. Para no generar polución visual y achicar aún más el ambiente, la biblioteca fue revestida con placas blancas que se deslizan, que además sirven como pantalla para las noches de películas y pochoclos: un proyector ubicado en el techo transforma el living en una sala de cine personal.
Entre escaleras.
El techo de 4 metros de altura permitió dividir el departamento en dos plantas y así separar las áreas sociales de las privadas. Además, se ganaron algunos centímetros adicionales al desmantelar los viejos pisos de madera curva con caídas en esquinas. En el primer piso se encuentra el dormitorio y vestidor, cuya separación respecto de la planta baja está dada por la escalera y un balcón de vidrio. Uno de los altos ventanales tiene orientación a este espacio, de modo que la luz natural se proyecta durante todo el día reduciendo así el uso de electricidad.
En la planta inferior se encuentra un comedor con espacio para 10 personas y futones que se convierten en camas en caso de tener huéspedes. La cocina fue diseñada como un gabinete de alacenas y artefactos compactos (lavarropas, lavaplatos, heladera), de modo que cuando no están en uso, sólo se visualiza la superficie blanca del mismo. El alféizar de la ventana se aprovechó como superficie alta de apoyo, desayunador y espacio de trabajo. En el pasillo recibidor, la pareja colocó un perchero con estantes que, además de servir como acceso rápido para bolsos y abrigos, permite organizar el calzado y apilar libros y revistas. El espacio bajo escalera se aprovechó para ubicar una cajonera alta, que además de ambientar sirve como acceso rápido para aquellas cosas que no entran en el dormitorio.
Por la espacialidad lograda, el acceso de luz natural y su cómoda circulación, es difícil atribuirle a este departamento los 33 m2 que en verdad tiene. El área central de la planta baja fue resuelta con versatilidad, permitiendo cambios radicales en su función (puede ser living comedor, cuarto de huéspedes o espacio de entretenimiento) que hacen de la vivienda diaria un espacio dinámico y lleno de vida.