14 de marzo de 2018.
Un container montado sobre la terraza de un edificio en Brooklyn, Nueva York. 91 Irving, casa diseñada por Lot-ek, es una rareza en su cuadra: se trata de un edificio industrial original de los años 30, en el que una familia compuesta por un galerista, una artista y su hija buscó generar una obra de arte habitable. Para desarrollar el proyecto convocaron a Lot-ek, estudio con base en Nueva York y Nápoles, comprometido con la construcción de arquitecturas sustentables, el uso de materiales no convencionales y la recuperación de materiales.
2 en 1
El equipo de Lot-ek trabajó la idea a partir de la adaptación de cuatro containers, integrándolos a la construcción existente desde su terraza. “El espacio está organizado a través de la inserción de un volumen individual que, como una aguaviva descansando o un paraguas en el techo, cruza la casa entera con sus tentáculos, extendiéndose desde el techo hasta el piso”, comentan los arquitectos sobre el penthouse.
Los containers fueron facetados para poder dividir los ambientes en función del programa diseñado. Así, el recorrido vertical contiene y delimita al mismo tiempo, dándole a la vivienda su excéntrica personalidad a través del naranja furioso. Los cortes diagonales del acero tienen una intención estética, pero también contribuyen a la espacialidad de los ambientes, comenzando con el piso que vincula el penthouse con la terraza, cuya puerta y pared acompañan la geometría con aberturas. Escalera abajo, el hueco invita a descansar en una superficie de madera, que tiene espacio de guardado debajo y percheros sobre la pared. Por su parte, el corte realizado en la cocina permite separar el área del comedor diario, sin privar del todo la vista y comunicación entre ambos.
El penthouse fue diseñado como una extensión de la vivienda hacia el exterior, pero también funciona como columna vertebral de su distribución interna. El ladrillo rojo a la vista de aspecto fabril fue reemplazado por una fachada oscura, a dos tonos: negro y azul. Las diagonales en la pintura se continúan con “la punta del iceberg” que asoma desde la terraza: el container exterior que anticipa el espíritu que anida puertas adentro. Con espacios flexibles y vinculados entre sí de manera descontracturada, la propuesta de 91 Irving invita a reconocer en cada ambiente un denominador común dispuesto a salir de la serie.