14 de marzo de 2018.
Ubicada en Toronto, Canadá, la casa de mediados de siglo XX fue rediseñada por el estudio de interiorismo Tong Tong, para poder servir tanto como casa de fin de semana como espacio para eventos o lugar de esparcimiento. Si bien la piscina es la gran protagonista de la Pool House, el estudio de interiorismo +tongtong se encargó de que todos los espacios pudieran causar el magnetismo de esa laguna artificial en medio de la ciudad. En particular, sacando provecho de la arquitectura de la casa, propia de la corriente moderna de los años 50: “A través de los años, múltiples renovaciones opacaron su diseño original. Su potencial fue enterrado debajo de muchas interpretaciones. Quería redefinir su modernidad, creando un lugar cálido y calmo”, comenta JOHN TONG, director del estudio.
Puesta en valor
Para acentuar el lenguaje moderno propio de la casa, se creó un frente flotante para acercar la azotea a la línea del techo. Los ventanales fueron ampliados para recorrer de piso a techo y así ofrecer un acceso de luz natural sin mediaciones. El revestimiento exterior, originalmente realizado en piedra, fuereemplazado por tablillas de cedro. La forma de la pileta fue respetada, pero la extensión del jardín y el deck de madera le dan más profundidad. “Toda la composición está hecha de estos nuevos elementos puestos sobre los ya existentes. El deck está sobre el borde de la pileta y el techo preexistente fue extendido para crear un nuevo estante flotante”, cuentan desde el estudio.
Puertas adentro
El interior de la casa fue diseñado como un espacio para que los huéspedes puedan bañarse, cambiarse y descansar en la suite. El ambiente está dividido en dos a través de un mobiliario que, del lado del área social, sostiene el sistema audiovisual además de espacios de guardado. La pared naranja que protagoniza este sector es utilizada por el dueño de casa como espacio de exhibición de su colección de arte. Del otro lado se encuentran las dos duchas, ambas esmeriladas con una puerta de vidrio azul. “Como en muchos de nuestros trabajos, tratamos de adherir elementos traviesos, de sorpresa”, amplía TONG sobre este detalle de color. Para ofrecer privacidad, los baños fueron equipados con cortinas eléctricas de tipo blackout.
El efecto que genera el interior a través de sus luminarias, las paredes naranjas y los duchadores azules es escenográfico: la literalidad de una “casa-pileta” cobra profundidad al ofrecer un interior que continúa el relax generado luego del agua.