1 de mayo de 2017
Uno cree que tiene todo bajo control. Que si no lo hace hoy, lo puede hacer mañana. Que en un par de horas puede dejar todo como nuevo. Pero hay una intención animada en las cosas, que en algún momento de su vida como objetos comienzan a desarrollar una dimensión más humana…a apoderarse de los espacios sin que podamos decidir sobre ellas. Seguimos guardando, almacenando, apilando, comprimiendo…acumulando. Y de pronto, el final es irreversible: las cosas ganan la partida y se apoderan de nuestros espacios. La reproducción del caos, la acumulación, el apilamiento y el desorden que TORRES recrea en su obra es perfecta y magnética: verla por primera vez es estar condenado a no olvidarla jamás. “El desafío que propone mi obra es que el espectador requiera de un nuevo modo de atención, necesita indagar la obra, el sentido de los elementos que la componen, debe ser reflexivo y por sobre todo activo. Entonces, cada espectador ‘activo’ transforma la obra y le da un significado particular”, anticipa el artista.
Obra en (de)construcción
Entre las últimas obras de TORRES se encuentra un denominador común que tiene que ver con el proceso de construcción, deconstrucción y, sugestivamente, destrucción: “Mis últimos proyectos están íntimamente relacionados entre sí. Acumulativas, virales e invasivas, mis creaciones son realizadas in situ. En cada proyecto artístico propongo al público una serie de experiencias donde las características del lugar, tanto arquitectónicas, culturales y sociales, están intrínsecamente vinculadas”, explica el artista. Así, por ejemplo, en “No todo lo que brilla es oro”, obra presentada en el Museo Palacio Ferreyra de Córdoba, se puede ver una figura abstracta hecha con andamios tubulares de metal de 8 x 16 x 4 metros. Otra de ellas es “The Ultimate Map, TransAMERICAS”, un mapa trazado con cintas métricas extensibles, presentado en el Museum London, la ODD Art Gallery de Yukón y el Centre d’exposition de Val-David en Quebec. Por su parte, “Canopy” es una estructura abstracta de madera, metal y objetos de plástico, de 15 x 15 x 4 metros de dimensión: fue exhibida en el The Works Art & Design Festival de Edmonton. Siguiendo la misma lógica, la instalación “Overflows” fue confeccionada con objetos de plástico que sobresalen de contenedores marítimos, ocupando una superficie de 12 x 6 x 7,5 metros en una plaza pública en Hamilton. TORRES también utilizó una serie de piezas plásticas (baldes, tachos de basura, canoas, salvavidas y carretillas, entre otros) para “Tipping Point”, una obra ubicada en el espacio Canadian Heritage, en Ottawa.
Un lugar fuera de lugar
Si bien el formato es lo que le da sentido, el material es tan esencial como el resto de la puesta en escena: el plástico, la materia de las mil posibilidades, trasciende su composición para volverse un discurso en sí mismo. La obra de TORRES no individualiza al juguete de plástico, a la silla de plástico o al recipiente de plástico, sino que conforma un colectivo en el que todos esos elementos comunican más (y diferente) al trabajar integrados: “Aludiendo siempre a la vida cotidiana, para mí sacar los objetos de su contexto original es darles un valor artístico. Y no sólo se trataba de descontextualizar un elemento sino de asignarle un nuevo significado y de esta manera generar ambigüedad”, cuenta el artista.
La ciudad es un punto de partida en la obra de TORRES, pero lo que hacemos en y con ella, un punto de llegada. En ese encuentro que sucede a cielo abierto, las instalaciones proponen un estímulo que modifica el código urbano: los transeúntes podrán pasar frente a ellas de manera indiferente, pero quienes elijan jugar el juego, van a encontrar allí “espacios de intercambio”, como los llama él.
Fuente: José Luis Torres – www.joseluistorres.ca
Imágenes cortesía de: José Luis Torres – www.joseluistorres.ca