08 de junio de 2018
Desde mayo se realiza la Bienal de Arquitectura de Venecia, donde la Argentina está representado en un pabellón de la mano de «Vértigo Horizontal«, que tiene la propuesta de repensar el territorio, como una construcción colectiva; y la arquitectura como la disciplina capaz de facilitar la generosidad inesperada en cada proyecto. El equipo de trabajo para las curaciones esta conformado por los arquitectos Javier Mendiondo, Pablo Anzilutti, Francisco Garrido y Federico Cairoli.
Vértigo horizontal indaga sobre los conceptos de humanidad y espíritu democrático que plantea Freespace, proponiendo un diálogo transversal entre espacios geográficos y lugares arquitectónicos. Lo horizontal del territorio (condición abstracta y real de la formidable extensión argentina) permite trazar un panorama de su arquitectura en términos de continuidad y de reflexión disciplinar.
Si se recorren los últimos 33 años, se pueden observar a lo largo y a lo ancho del país un conjunto de obras de diverso programa y de variada escala, que trazan un paisaje horizontal donde entran circunstancialmente en contacto, en diálogo, en resonancia. Esta producción genera sinergias en la inmensidad y es igualmente susceptible de ser reinterpretado, potenciado y proyectado desde su lectura colectiva. Lo horizontal es al mismo tiempo geografía, arquitectura y escala humana.
Aspectos espaciales
Vértigo horizontal se configura mediante efectos combinados. Por un lado, la ruptura de las nociones ambientales de contenedor/contenido, mediante un gesto de confinar la totalidad del horizonte en una caja de vidrio, desafiando así la lógica perceptiva, a modo de iteración arquitectónica que remite a innumerables relatos borgianos. Por otro lado, la osada empresa de reconstruir lo inabarcable en la virtualidad de los reflejos y las transparencias: la fragmentación caleidoscópica de los cielos y la repetición geométrica de la vegetación delata la artificialidad del gesto de transportar el territorio, desarticulando la mímesis pero inaugurando a la vez nuevas experiencias del espacio.
En el lugar preciso donde el cielo y la tierra se entregan a la oscuridad, una única línea de luz horizontal —trazo único y dominante— contiene los dibujos que reverberan entre reflejos y transparencias, componiendo así una imagen sutil y velada del horizonte virtual argentino.
Propuesta curatorial
La selección de proyectos refleja su compromiso con valores tales como la generosidad del sentido de la humanidad, la facilitación del bienestar, la igualdad y dignidad de los ciudadanos, el fortalecimiento del espíritu democrático de los espacios públicos y el reequilibrio de la relación con nuestros recursos naturales. Cada uno de estos proyectos responde a su manera al manifiesto Freespace de Yvonne Farrell y Shelley McNamara, en tanto revelan «la diversidad, la especificidad y la continuidad en la arquitectura basada en las personas, lugar, tiempo, historia, para sostener la cultura y la relevancia de la arquitectura en este dinámico planeta».
Esta selección de registros, inevitablemente abierta, no pretende trazar un panorama definitivo de la arquitectura en Argentina. Más bien, representa un experimento sobre la mirada que expone, desde lo territorial y lo generacional, los matices del paisaje, la arquitectura y una visión de la sociedad como un todo.
Desde lo temporal, la selección enfoca en la arquitectura producida desde el regreso de la democracia —en 1983— hasta nuestros días, período intenso y aún no completamente valorado. Desde lo programático, Vértigo horizontal documenta obras y proyectos de carácter público: parques, equipamientos sociales, intervenciones territoriales o activaciones participativas.
El recurso de exposición mediante croquis, dibujos y esquicios propone una manifestación polifónica de las diversas producciones. El croquis, en tanto documento primitivo, visceral y originario, pone de manifiesto lo esencial de la arquitectura, sin artificios, donde la riqueza del trazo y la evidencia de la idea cobra valor y otorga identidad a la propuesta arquitectónica. Algunos son ideogramas que develan las ideas que luego dieron forma a las obras. Otros, representan detalles más acabados de las consignas espaciales, ambientales o paisajísticas de esos proyectos.
Todos los croquis reproducen el vínculo, directo o remitido, que Vértigo horizontal imagina entre la arquitectura y la sociedad.