19 de julio de 2017.
A diferencia de la impresión negativa que se tenía de los edificios en bloque, en la actualidad son vistos como una solución para proveer viviendas confortables a precios accesibles: “El proyecto, ubicado en un área en ascenso de viviendas privadas y públicas, demuestra que una alta densidad puede ser de gran comodidad, no alienante”, sostienen desde Woha, el estudio que estuvo a cargo de la obra.
Vecinos en altura
SkyVille es un complejo de casi 30.000 m2 con torres que alojan 960 departamentos. En la planta baja se encuentra un predio comercial y de servicios con tiendas, patio de comida y guarderías. Este espacio, bautizado como Urban Plaza, corre en paralelo al parque y también cuenta con un supermercado y una cafetería.
El acceso a las áreas comunes se encuentran completamente abiertas al público, sin puertas divisoras entre cada espacio. Estas áreas representan buena parte del aspecto innovador del complejo, entrelazados por las torres desde el piso hasta el techo.
Cada una de ellas está integrada por 80 viviendas que comparten un jardín aterrazado cubierto y comunitario. “Están diseñados para fomentar la interacción y ser parte de la vida diaria. Cada residente pasa a través o mira sobre este espacio en su camino desde el ascensor hasta su departamento y puede saludar a sus compañeros, ver a los niños jugando y a los residentes hablando”, explican los arquitectos. En el Landscape Park hay pabellones para bodas y funerales, áreas de fitness, áreas de juego y canchas.
Módulos a elección
Las unidades ofrecen tres tamaños y disposiciones posibles, basadas en departamentos sin columnas ni vigas que eliminan la pérdida de espacio y permiten diversas superficies para distintas configuraciones de familias y estilos de vida (vivienda, loft, oficina, estudio, etc.). “La historia del lugar se ve celebrada en la estética del proyecto: un artista local documentó el cambio de carácter del vecindario y ese arte fue llevado a las paredes prefabricadas. El diseño del edificio también incluye elementos de vidrio azul que remiten al viejo dialecto Hokkien “Lam Po Lay”, que significa distrito de vidrio azul”, explican los arquitectos.
Uno de los atributos que expresa el proyecto es el de la sustentabilidad, ya que tanto su construcción como mantenimiento reducen el impacto agresivo sobre el medio ambiente. Todos los espacios de los departamentos, incluyendo baños y cocinas, están ventilados de manera cruzada y natural por ventanas y, gracias a su diseño abierto, en una porción sustancial de las unidades no se instalaron aires acondicionados. Además, todas las paredes cuentan con protectores solares para brindar sombra, mientras que las ventanas tienen voladizos y paneles que dirigen la briza a una altura de “asiento” (posición de sentado): permiten que las ventanas puedan permanecer abiertas aún en época de monzón.
Para evitar la sensación visual de grandes colosos de cemento, el diseño de las torres fue intervenido con detalles constructivos como las formas caladas, áreas al aire libre para el esparcimiento y jardines como pulmones naturales. “Más que materiales lujosos, el diseño prefabricado y pintado propone una solución a objetivos sociales, técnicos y estéticos”, concluye el equipo de Woha.