Al igual que la comida, los locales comerciales entran por los ojos. Más aun cuando se trata de uno gastronómico. En Hong Kong, más precisamente en Causeway Bay, Ming Fat House, el gigante gastronómico especializado en comidas y bebidas que ya cuenta con varios premios por la ambientación y el nivel de servicio de sus locales, agregó un nuevo integrante a su familia, esta vez diseñado por el estudio NCDA: Eat Darling Eat es invitación cromática y sin culpas al universo de los postres.
Amor a primera vista
Ubicado dentro del paseo de compras Fashion Walk, el local resalta por sobre todos los demás. Con una estética completamente inmersiva, supera los lugares comunes de un local dedicado al placer gastronómico: los asientos de banquetas con forma de donas con mermelada, las barandas que se hacen escaleras y los divisores transparentes que simulan un bowl de gelatina, proponen un viaje a la infancia. La paleta de colores pastel recrea una estética-malvavisco: todo parece dulce, suave y esponjoso.
La hora dulce
Casi todas las paredes están revestidas de cemento pleno y el techo tiene las instalaciones a la vista. Esa impronta industrial contrasta con el universo naif de Eat Darling Eat, que se completa con la sección de paredes amarillas translúcidas, que se roban las miradas de los comensales e instalan una intriga para que recorran el local.
Aplicando la lógica de distribución de una casa de comidas rápidas, el equipo de NCDA creó un local que, aun dentro de la competencia que implica un centro comercial, se posiciona cómodamente con una propuesta inédita. La apelación cariñosa del nombre, la tentación del menú con especialidades de la región (bollos, sopas dulces, tarteletas de crema) y el interiorismo creado para quedarse, funcionan como una invitación indeclinable: el momento del postre no es solo dulce, sino que está hecho para compartir.
“El resultado es una estética completamente inmersiva, un ambiente de ilusión de geometrías coloridas y formas orgánicas”.
CRÉDITOS: NCDA – Imágenes cortesía de Nic Gaunt
Nota original en edición impresa Revista Estilo Propio #49