Es un hecho: el terrazo es tendencia. En busca de alternativas a la madera, los pisos flotantes, el cemento alisado o las alfombras, el diseño y la arquitectura han vuelto a poner en escena a este revestimiento histórico y atemporal. Fabricado a partir de una base de agua, arena y cemento, el terrazo, entre sus virtudes se encuentra la flexibilidad, la durabilidad y el bajo mantenimiento: puede ser utilizado para revestir superficies horizontales y verticales; no se deteriora con el tiempo; y no requiere tratamientos especiales para su cuidado y limpieza. Es utilizado con usos residenciales y decorativos en casas, locales comerciales y showrooms.
Fuera de serie
El atractivo del terrazo es su imperfección e irregularidad: no hay un tramo que sea igual al otro, porque sus partes son diversas en color, tamaño y combinación. Se trata de un revestimiento que se fabrica in situ: es decir que, junto con su instalación, el profesional a cargo plantea el patrón de diseño en simultáneo. Puede optarse por la terminación pulida o lavada (fulget): la primera se lleva a cabo retirando el excedente de cemento y estuco, y, una vez seco, podrá revestirse con resina, para finalizar con un pulido manual o mecánico. Para una superficie lavada, luego de sacar el cemento de más, la superficie deberá limpiarse con ácido.
Flor de terrazo
Jardan es una empresa familiar creada en Melbourne hace 25 años, especializada en el diseño y fabricación artesanal de mobiliario. Para diseñar el revestimiento de pisos de su nuevo showroom, se inspiraron en una de las principales atracciones de esta región de Australia: la estación de flores silvestres. Es única en el mundo, atrae viajeros y entusiastas de la botánica de los lugares más remotos y pueden verse entre julio y septiembre: son más de 12.000 especies de flores diferentes, de las cuales aproximadamente el 60% son únicamente australianas. A partir de su variedad de colores y especies, desarrollaron el mosaico de terrazo con colores cálidos, que traza un recorrido por el piso claro y arenoso de manera orgánica e irregular. Los colores de los mármoles fueron seleccionados para representar este florecimiento en un paisaje desértico y homogéneo.
“El patrón que se dibujó en el suelo fue diseñado como un camino, para incentivar a los clientes a merodear y recorrer el espacio en un orden determinado. La piedra que se usó es de origen europeo: 30% Breccia Pernice, 20% de Gris Savoie, 30% de Crema Marfil y 20% Giallo Reale. Estas piedras se dispusieron sobre un suelo de terrazo hecho a medida por Pangaea Floors en Melbourne. El agregado especial es una combinación de granito borgoña, granito negro, mármol blanco, mármol rosa ‘Angaston’ y dorado, todos a base de granito ‘Riverine’”, explica IVA FOSCHIA, de IF Architechts, a cargo del desarrollo.
CRÉDITOS: Jardan – Imágenes cortesía de Hayley Sarre
Nota original en edición impresa Revista Estilo Propio #49