Durante los siglos XVII y XVIII la fascinación por la estética oriental marcó el ritmo del interiorismo europeo. La chinoseire —término prestado del francés— fue la reversión europea de la tradición artística de los países orientales. Tapices, empapelados, sedas, porcelanas: todo pintado con el detalle y la precisión que caracteriza al arte asiático. Recuperando sus talentos, de Gournay construye un universo fantástico con motivos botánicos, animales y ornamentos que oscilan entre los siglos pasados y el presente: los empapelados y la chinoserie volvieron para quedarse.
de Gournay – Douglas Friedman
A la caza del oficio
Hace casi treinta años, CLAUD CECIL GURNEY viajaba a China. Parecía el momento perfecto para encontrar a quien restaurara el antiguo empapelado que decoraba las paredes de la casa familiar. Quería encontrar artesanos que dominaran el milenario oficio. Pero su objetivo superaba el deseo propio: quería que los empapelados volvieran a vivir en todos los hogares europeos. Convencido de su propósito, en 1984 fundó la empresa familiar junto a su sobrino DOMINIC EVANS-FREKE, a la que también se incorporaron RACHEL y HANNAH de GURNEY.
de Gournay – Douglas Friedman de Gournay – Douglas Friedman de Gournay – Douglas Friedman
Más allá del diseño de cada empapelado, la finísima atención al detalle y la calidad del trabajo artesanal revelan la identidad de de Gournay. Con tiendas en Londres, París, Nueva York, Moscú, Shangai, San Francisco y Beirut, cuentan con cerca de 100 artistas que trabajan exclusivamente para la marca. Y para contribuir a la transmisión de este valioso oficio en extinción, ofrecen workshops para llamar la atención de jóvenes talentos que quieran aprenderlo y formar parte del taller.
de Gournay – Douglas Friedman de Gournay – Douglas Friedman de Gournay – Douglas Friedman
Papeles inesperados
En su mayoría, los empapelados están confeccionados con papel de arroz (llamado Xuan) o de seda con respaldo de papel: los fondos se pintan con gouache y los diseños con acuarelas. En cada pieza participa un equipo de entre seis y diez artistas: en promedio, cada panel lleva 150 horas de dedicación. El primer paso es dibujar los detalles con lápiz negro: si se mira detenidamente, pueden verse los trazos suaves, huellas sutiles del trabajo artesanal.
de Gournay – Douglas Friedman
Cuando se trabaja sobre seda, una vez que el diseñó ya está pintado, llega el momento más complejo: montar la seda sobre el papel. Los artesanos del taller utilizan la técnica original de los dos pinceles: uno es para aplicar el pigmento y el otro, mojado en agua, para retirarlo de la tela. Este tratamiento le da profundidad al diseño, al detalle y a la luz.
de Gournay – Douglas Friedman de Gournay – Douglas Friedman
El sello distintivo de los diseños de de Gournay está en la utilización de colores vibrantes y el contraste de sus elementos. El trabajo artesanal de alta calidad convierte a sus empapelados en piezas únicas: los artistas que participan dejan una huella indeleble. “Queremos que nuestros clientes tengan algo único y se involucren en la creación. Así, si bien está realizado por de Gournay, sigue siendo la primera idea que movió al cliente, pero ahora pensada exclusivamente para su hogar”, asegura RACHEL. Como un portal para viajar en el tiempo, los motivos fantásticos de estos empapelados narran una historia que tendrá diferentes significados y todos los desenlaces posibles: los pensados por los artistas y los soñados por sus dueños.
de Gournay – Douglas Friedman de Gournay – Douglas Friedman
de Gournay – Douglas Friedman de Gournay – Douglas Friedman
El profundo conocimiento de la tradición, el manejo de sofisticadas técnicas de pintura y los fascinantes motivos que ilustran sus empapelados, hacen del arte de de Gournay una colección única en su especie.
de Gournay – Douglas Friedman
CRÉDITOS:
Imágenes cortesía de Douglas Friedman
www.degournay.com