No es un sueño. Un tren se aleja del cráter que alberga el aeropuerto espacial: va camino a Nüwa, la capital autosuficiente y sustentable que diseñó ABIBOO Studio, incrustada en uno de los grandes acantilados rojos en Tempe Mesa, Marte. Los módulos dentro del suelo marciano miran al valle y las imágenes que muestran los renders parecen salidas de una novela de ciencia ficción: la fantasía más descabellada de ASIMOV, plasmada como un futuro posible. El proyecto forma parte de una convocatoria que lanzó The Mars Society, una organización sin fines de lucro con base en Estados Unidos, pero impulsada por voluntarios de todo el mundo, dedicada a promover la exploración humana y futura colonización de Marte. SONet, un equipo internacional de científicos y académicos de diversas áreas, y el estudio de diseño y arquitectura ABIBOO, imaginaron y desarrollaron Nüwa,capital del proyecto que podría albergar entre 200.000 y 250.000 personas. El futuro ya llegó, y es rojo.
Primer enemigo: la física
Radiaciones, gases, presión y gravedad son palabras que en Marte significan algo distinto a lo que sabemos. Las condiciones atmosféricas fueron determinantes para el diseño del proyecto espacial. El diagrama de la ciudad incrustada en el acantilado responde a dos problemáticas clave de adaptación a la vida en Marte: la radiación solar y la gamma obligan a construir sin espacios expuestos al cielo, y la diferencia de presión hace imposible imaginar una construcción tradicionalmente terrícola. «Si construyéramos los edificios como en nuestro planeta, tenderían a explotar por la presión”, explica ALFREDO MUÑOZ, fundador de ABIBOO Studio. La pared excavada albergará los “macro edificios”, compuestos por construcciones de tipo modular —tanto para uso residencial como laboral—. Estas dos categorías cuentan, a su vez, con tres tipos de módulos diferentes que pueden combinarse de distintas maneras, lo que reduce la complejidad, el costo y los tiempos de construcción. El sistema es flexible, escalable y puede adaptarse a muchas zonas de la superficie marciana. Los módulos se encuentran unidos entre sí por una red tridimensional de túneles, y a su vez conectados por ascensores de alta velocidad que van desde la parte inferior del acantilado hasta la meseta, su punto más alto: una red de conexiones dentro de la piedra roja.
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¿Cómo subsistimos?
La configuración de la ciudad debió tener en cuenta el sustento biológico de los futuros habitantes de Nüwa: es decir, los sistemas de producción de agua, aire y comida. En la Meseta —la extensa planicie previa al acantilado-ciudad— se desarrollará la infraestructura para la producción de alimentos, energía y demás procesos industriales relacionados. Por otro lado, habrá módulos agrícolas en los que las tareas serán automatizadas: las plantaciones trabajarán con un sistema de riego hidropónico, en el que las plantas crecen directamente en sustrato, en una solución nutritiva que cuenta con todos los elementos necesarios para su desarrollo. En estos sectores también se producirán algas y bacterias para el tratamiento de los desechos y el cultivo de carne. El espacio destinado al mismo será pequeño en relación con los demás cultivos: su consumo será muy bajo, dado que el costo energético que conlleva la ganadería no es viable o sostenible.
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Los espacios de socialización se agruparán en el Valle, al pie del acantilado: amplios pabellones traslúcidos que ofrecen vistas de los paisajes de Marte.
El nuevo verde
Parece desolador imaginar un paisaje en el que no veamos nada de vegetación. Nuestros ojos, tan acostumbrados al verde, se perderían en el infinito arenoso del horizonte marciano. Con el objetivo de generar un vínculo emocional con la Tierra, el equipo de diseño incluyó en los planos amplios Green Domes, espacios artificiales de dos tipos: los que presentan vegetación experimental y una atmósfera plenamente marciana, y aquellos que son aptos para humanos y funcionan como parques con huertas, animales y agua, destinados a proporcionar bienestar físico a los habitantes de Nüwa. Además, habrá módulos dedicados al arte y las llamadas “áreas de nieve”, que ayudarán a disipar el calor y limpiar el aire. Los espacios de socialización se agruparán en el Valle, al pie del acantilado: amplios pabellones traslúcidos que ofrecen vistas de los paisajes de Marte, además de las estructuras específicas que albergarán hospitales, escuelas y universidades, actividades deportivas y culturales, zonas comerciales y, por último, el tren que comunica la ciudad con el transbordador espacial.
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Durante años, pensar un futuro en Marte no era más que un sueño o especulación de la ciencia ficción. Solo los creativos más erráticos pensaron un porvenir humano en suelo marciano. Hoy, esa utopía se ha vuelto una realidad cercana. En octubre del año pasado, los finalistas de la convocatoria de The Mars Society presentaron las propuestas al público: gracias a AIBIBOO Studio y SONet, y a las más de 25 personas de distintos campos multidisciplinares que trabajaron para ello, el sueño de la posible sociedad en Marte ya tiene planos.
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Se estima que las construcciones en Nüwa podrían comenzar en 2054.
CRÉDITOS
Imágenes cortesía de ABIBOO Studio / SONet
Renders realizados por Gonzalo Rojas, Sebastián Rodríguez y Verónica Florido
www.abiboo.com
www.sonet-hub.com