Por primera vez, el premio Pritzker tiene dos protagonistas irlandesas: Yvonne Farrell and Shelley McNamara, elegidas por su enfoque interdisciplinario, su generosidad profesional, el compromiso a la excelencia arquitectónica y la responsabilidad con cuestiones medioambientales.
Pritzker: una arquitectura compartida
Corren los años 50’: una joven SHELLEY MCNAMARA se para frente a un edificio del siglo XVIII en Limerick, al sur de Irlanda. El momento fue revelador: comenzó a preguntarse por las formas de habitar, el modo en que percibimos la luz y las maneras de entender la especialidad. Para YVONNE FARRELL, el descubrimiento sucedió dentro de su propia casa: solía recostarse debajo del piano que tocaba su mamá, en donde dimensionó la espacialidad del sonido. La vida cruzó esa sensibilidad compartida y las encontró en la University College de Dublín (UCD) mientras estudiaban arquitectura. Ya con una relación sólida, en 1978 fundaron Grafton Architects junto a tres compañeros. Fueron docentes en la Harvard Graduate School of Design, en Yale University, en la École Polytechnique Fédérale de Lausanne y la Accademia di Architettura di Mendrisio. Entre otras, construyeron la Università Luigi Bocconi en Milán, el Institut Mines Télécom en París y la School of Economics de la Université de Toulouse.
Pritzker: una arquitectura compartida
Urban Institute
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Pritzker: una arquitectura compartida
Un Pritzker compartido (y merecido)
La identidad arquitectónica de FARRELL y MCNAMARA está fundamentada en espacios nuevos que respetan y celebran la historia y el origen. Así, buscan un equilibrio entre la fuerza y la delicadeza a través de sus ejes preferidos: la circulación, la luz y el encuentro. Diseñan edificios modernos, enormes e impactantes que nunca se repiten, en los que el valor está dado por la misma disciplina: “El núcleo de nuestra práctica es una profunda creencia en que la arquitectura importa”, explica SHELLEY. El respeto por las comunidades, la construcción del sentido de pertenencia, el diseño de espacios útiles para los ciudadanos y la generación de identidad para la ciudad son algunos de los atributos que el jurado destacó a la hora de elegirlas como merecedoras del premio.
Mines Telecom
Pritzker: una arquitectura compartida
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Entre la estética y la funcionalidad
Criadas en una tierra de montañas y acantilados, su Irlanda natal les enseñó la importancia de conocer el terreno, los climas y los cambios en la naturaleza antes de seleccionar un terreno para una obra. Sus proyectos priorizan la funcionalidad e intentan llevar la experiencia urbana a otro nivel, con obras sustentables que respondan a las necesidades de cada ciudad. Algunos ejemplos: el campus de la universidad UTEC en Lima, Perú, fue construido entre una autopista y un barrio residencial; allí diseñaron un edificio en cascada para aprovechar las corrientes de aire frías provenientes del océano y minimizar así el uso de aire acondicionado; por otro lado, para las oficinas del Departamento de Finanzas en Dublín, utilizaron una piedra caliza local para reforzar el edificio y diseñaron las ventanas para habilitar la circulación de aire fresco por todos sus pisos.
UTEC
Pritzker: una arquitectura compartida
UTEC UTEC
UTEC
“¿Cómo podemos crear espacios en los que la gente se sienta bien, pertenezca y se enorgullezca de lo suyo?”, se pregunta la dupla premiada. La respuesta, para ellas, es obvia: a través de la arquitectura. Además de alojar, los edificios sirven como espacios de contención social y emocional: son un arte público que llega a toda la comunidad a través de huellas geográficas e históricas. Las obras de FARRELL y MCNAMARA son un claro testimonio de ese recorrido.
Bocconi Bocconi
Loreto
“Los edificios son como relojes emocionales, gigantes, en los que se puede leer el paso del tiempo en la arquitectura”.
Yvonne Farrell
London School of Economics and Political Science
“La arquitectura nos ancla y conecta con el mundo de una manera que ninguna otra disciplina lo hace. Nosotras somos creadoras de espacios, no de objetos”.
Shelley McNamara
Parnell
“Por la integridad que caracteriza su enfoque tanto en el diseño de edificios como en la manera de manejarse en la práctica de su profesión, su apuesta al trabajo colaborativo, su generosidad para con sus colegas, su incesante compromiso con la excelencia en el diseño arquitectónico y su actitud responsable hacia el medio ambiente, su habilidad para ser cosmopolitas y al mismo tiempo explotar la singularidad de cada espacio, por todas estas razones y más, a Yvonne Farrel y Shelley McNamara se les otorga el Premio Pritzker de Arquitectura 2020”, reza el comunicado del jurado.
Town House Kingston University
Imágenes cortesía de