Su trayectoria como profesional independiente, su extenso recorrido por Casa FOA (Argentina y Chile), su actividad en la Gerencia de Diseño de emprendimientos de Brody Friedman y su participación en distintos grupos de diseño la posicionan como una de las figuras más relevantes de la escena local.
¿Cómo llega el diseño a tu vida?
En mi familia el arte y la estética siempre estuvieron presentes. Tengo un abuelo que era coleccionista de arte oriental, que fomentó mucho la cultura en Salta. Vivía en un dúplex racionalista que destacada entre las construcciones de la arquitectura colonial. Crecí rodeada de esa mirada estética distinta.
Ana Astudillo
¿Cuáles fueron tus primeros pasos?
Desde muy chica me interesó el dibujo, la pintura, el arte y la fotografía, actividades que practicaba en mi adolescencia además del deporte. Hice un intercambio para estudiar en Inglaterra y cuando volví, empecé a investigar en dónde estudiar. Elegí arquitectura en la UBA y me mudé a Buenos Aires. Siempre digo que es una pena cómo en la carrera salís con la sensación de que solamente vas a hacer grandes museos y obras: la arquitectura es muy amplia y tiene muchas aplicaciones. Pero lo cierto es que la arquitectura y el diseño tienen mucho de disciplinas humanistas, de ciencias sociales: yo crecí en esos dos mundos.
Saliste con el título de arquitecta, pero entraste al interiorismo
En las casas siempre terminaba haciendo los detalles más interiores. Y en un momento me llamaron para trabajar en Casa FOA: ahí descubrí que el diseño y la estética eran mis caminos. Por diseño entiendo todas las áreas: la gráfica, la estética, el paisajismo y el interiorismo. No soy una arquitecta de la construcción, pero sí del diseño.
“Mi objetivo como profesional es elevar la calidad de vida a través del diseño”.
¿Cómo es tu trabajo en BrodyFriedman?
Desde hace 4 años trabajo en la Gerencia de Diseño de emprendimientos. Me ocupo de la parte estética de edificios y junto a un gran equipo de consultores y especialistas, hacemos edificios en los cuales el diseño es primordial, teniendo en cuenta a la persona y sus necesidades. El objetivo del diseño no es estético, sino mejorar la calidad de vida: si no responde a una necesidad humana, está vacío, es una mera decoración. Por eso nuestra misión es: si vamos a hacer un edificio nuevo, que sea superador a los que ya existen.
“En arquitectura no necesariamente tenés que construir para hacer diseño”.
¿Cómo viviste el cambio de paradigma del interior del país a la ciudad, y de la idea de decoración al interiorismo?
Agradezco la educación que recibí: la vida conmigo fue generosa porque me dio esta mirada amplia de la realidad. Incorporé a Buenos Aires a mi vida sin ningún tipo de conflicto: me considero de los dos lados. En la generación de mi abuela, eran las mujeres las encargadas de ambientar las casas. En la generación de mi madre, surgieron los “ponedores de almohadones”: ahí la decoración era mero adorno. Y después vino algo más: el interiorismo empezó a tener peso como diseño. La gente empezó a entender lo que era vivir mejor y más cómodo, y a tener nociones de estética. Es súper valioso que la gente mire revistas o busque en Pinterest: porque llega más preparada a una reunión, o sabe mejor lo que quiere. Eso no reemplaza el conocimiento de un profesional, pero es una idea del camino que le interesa. A raíz de la pandemia, la gente empezó a tener noción de lo importante que es el interior de su casa.
¿Qué hacés cuando no estás trabajando?
Soy una militante del diseño, así que por lo general mis planes tienen que ver con eso. Disfruto muchísimo de recorrer Buenos Aires, que es una ciudad que me inspira en todas sus formas. Tenemos una propuesta cultural y de arte maravillosa. Me gusta pasear con mis hijas y que valoren su lugar: conocen todos los museos de la ciudad. El MALBA, el Museo de Arte Moderno y el Fortabat me encantan. El Palacio Duhau y los cafecitos porteños, también. Me gusta ser turista en Buenos Aires. La calle arroyo y todo lo que pasa alrededor me fascina. Elijo esos programas con mis amigos de diseño. Y cuando voy al norte, me encanta recorrer lugares que me conectan con la naturaleza.
¿Qué es lo que sigue a la pandemia?
Cambió nuestra forma de vivir, de trabajar, de viajar y de trasladarnos en la ciudad. Aceleró muchos procesos que estaban latentes. La virtualidad iba a llegar, pero más tarde. De todos modos, hay que ser cauto a la hora de pronosticar. Van a cambiar muchas cosas más, pero otras vinieron para quedarse y la gente las incorporó. Los seres humanos tenemos que estar preparados para otras situaciones similares. Es una gran oportunidad para replantear los usos de la arquitectura y el diseño. Después de dos años tan duros, tenemos que decir que sirvió para algo, para mejorar la calidad de vida de las personas: en eso estamos aún, ¡esperemos que se cumpla!
“Con un grupo heterogéneo y muy pujante, armamos Mujeres en Real State, una iniciativa para visibilizar la presencia de la mujer desde el negocio hasta la venta”.
CRÉDITOS
Imágenes cortesía de Ana Astudillo y BrodyFriedman
www.instagram.com/annetteastudillo