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Bodega «La Casica del Abuelo»

El proyecto, situado en una zona rural de Murcia, surge como continuación de una intervención sobre los espacios exteriores que hicimos hace algunos años.

Por aquel entonces, la familia, promotora y propietaria del proyecto, había reconvertido una antigua caseta para almacenar herramientas en su pequeña bodega personal. Un espacio de apenas 20m² donde no solo se almacenaban los depósitos y maquinarias, sino que se desarrollaban procesos de recolección, prensado, fermentación, filtrado y embotellado de sus caldos.

Obviamente, por su carácter primigenio como caseta de aperos, estaba resuelta con un sistema constructivo sencillo, de bloques y viguetas de hormigón, donde el aislamiento y el control térmicos interior brillaban por su ausencia.

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Por estos motivos, puesto que la propiedad quería una zona exterior donde reunirse en las épocas de vendimia, se pensó en incorporar el control térmico de manera natural mediante la construcción de una pérgola, con estructura de invernadero, y una enredadera de parra caduca que filtrase la luz del verano y permitiese la radiación en invierno, al mismo tiempo que proporcionaba sombra a las zonas exteriores.

En este contexto, pasados los años, y debido a la falta de espacio que experimentan con cada cosecha, nos piden ampliar con un nuevo espacio, de dimensiones similar al que tienen, que les permita separar útiles y procesos.

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Un encargo de pequeñas dimensiones, y reducido presupuesto, pero con grandes aspiraciones e ilusiones. De ahí, lejos de la idea inicial de los clientes para crear un nuevo módulo exento, proponemos una nueva construcción, reinterpretando la caseta tradicional de aperos que salpica la zona rural del entorno, anexada a la antigua para aprovechar lo construido, que reordene y organice las circulaciones exteriores entre las diferentes parcelas, y las interiores de la propia bodega. Para ello separamos la nueva edificación de la existente 1,20 metros, puesto que se querían reutilizar unas puertas que tenía la familia, y generamos un paso que unía longitudinalmente las diferentes zonas de la huerta y transversalmente todo el conjunto de la bodega.

Sin embargo, el pavimento exterior, de barro cocido propio de la zona, atraviesa la edificación dividiéndola en dos y convirtiéndose en un espacio con una dualidad importante. Sumar mayor superficie útil al interior del conjunto, o convertirse en una zona de comunicación en los días de recolección de la vid. Dos módulos separados que forman un todo conjunto.

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La chapa metálica galvanizada mini-onda, el bloque de hormigón, y la madera, propios de las construcciones tradicionales de huerta, se convierten en los nuevos elementos constructivos con los que se ejecuta la obra, pasando de ser meros materiales elementales, a herramientas fundamentales gracias a las cuales poder funcionar y respirar de manera autónoma todo el conjunto.

Una piel de chapa sobre el muro portante de bloque permitirá regular térmicamente los nuevos espacios, incorporando, o no, aire caliente al interior mediante una serie de aberturas existentes en los mencionados cerramientos. Además, confiere el carácter contemporáneo y atemporal que precisa este proyecto de arquitectura, diferenciando lo nuevo de lo existente, pero relacionándolo materialmente. La madera, tableros fenólicos de embalaje, se encarga de unir la nueva actuación con la preexistente.

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Explicación breve de las estrategias del proyecto:

El proyecto, como se ha comentado en la memoria descriptiva, parte de la reinterpretación de los materiales tradicionales con los que se construyen las casetas de aperos que pueblan las zonas agrarias del territorio. El bloque de hormigón, como base estructural de la construcción, la chapa metálica, como elemento de la envolvente que protege los planos horizontales, y la madera se convierten en las herramientas sobre las que se fundamentan todo el proyecto, pasando de ser esos meros materiales tradicionales y elementales de una obra, al sustento fundamental que posibilita el correcto funcionamiento, de toda la bodega, en favor de la termodinámica.

Lejos de poder convertirse en una arquitectura “high tech”, por las condiciones presupuestarias del encargo y las características del proyecto, se centran las intenciones en aunar aquellas estrategias pasivas que ofrezcan un correcto funcionamiento del espacio trabajando desde varios puntos.

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1.- Ventilación natural.

El proyecto respira de manera autónoma gracias a las fachadas ventiladas compuestas por bloque de hormigón como elemento estructural, y chapa metálica o policarbonato como revestimiento. Entre ambas capas se genera un espacio de aire que nos permite, mediante unas aberturas, arriba y abajo del muro, extraerlo hacia el exterior, o introducirlo, en función de la estación del año y de las necesidades.

Además, las aberturas de huecos en las partes opuestas de los cerramientos facilitan una ventilación cruzada, de manera natural, mientras el edificio está ocupado.

Otras estrategias como darle mayor altura al nuevo espacio o la incorporación de aire pretratado desde el exterior influyen en la correcta ventilación general. Este aire pretratado se consigue gracias a un conducto de 50 metros enterrado en la zona de cultivo y una extracción en el interior del nuevo espacio.

2.- Acondicionamiento térmico interior.

El acondicionamiento térmico del interior se consigue mediante diferentes estrategias enfocadas no solo a la nueva sala sino a todo el conjunto. Estas estragáis son:

• Fachada ventilada. Se genera un espacio entre el muro de carga compuesto por bloques de hormigón de 40x40x20cm y el revestimiento de chapa galvanizada mini-onda. La chapa, como material con una alta conductividad térmica, recibe la radiación solar, aumentando de temperatura y calentando el aire interior. Será este aire el que utilicemos para sacarlo al exterior o introducirlo al interior de la bodega en función de las necesidades.

En verano, cuando la temperatura es mayor, se taponan las aberturas existentes en el muro y se abre en la chapa, haciendo circular este aire más caliente y sacándolo hacia el exterior. Al mismo tiempo, se introduce aire pretratado desde el terreno a través de un conducto enterrado bajo el suelo.

En invierno, este aire caliente de la cámara se introduce dentro de la bodega para aumentar sensiblemente la temperatura interior.

• Materiales naturales, porosidad e inercia térmica. Los materiales utilizados, tanto en el interior como en el exterior, permiten regular térmicamente las condiciones del espacio. En verano un simple riego, unido a la ventilación natural, contribuirá a disminuir la temperatura sensible y latente. En invierno, su inercia térmica permitirá almacenar el calor para irradiarlos en las horas nocturnas.

• Muro Trombe. Se utilizar este sistema en la fachada orientada a sur, sureste, con el objetivo de, durante el invierno sea capaz de captar la mayor radiación y calentar el muro de bloque de hormigón y en verano disipar este aire, disminuyendo, gracias a la futura vegetación de hoja caduca, la radiación durante los meses más calurosos.

3.- Reutilización de materiales para iluminación e iluminación led.

La iluminación exterior e interior se ha modificado por tiras y bombillas led. Además, se han recuperado las tradicionales damajuanas, donde se almacenaba el vino antiguamente, para reconvertirlas en la tulipa de las nuevas lámparas y farolas del proyecto.

4.- Aprovechamiento del agua de limpieza para riego.

Un problema que tenía la familiar era la limpieza. Como la nave principal no disponía de sumideros continuamente debían sacar todos los útiles al exterior para limpiarlo y volver a guardarlos en su sitio.

En este proyecto se han incorporado zonas de lavado en los propios espacios, dándole una nueva función a las salas. La disposición de un revestimiento impermeable y transpirable, tras los siempre llenos de acero, y unos sumideros conectados, permiten lavar y recoger el agua para el riego de algunas especies en el exterior. De esta manera, cada proceso de lavado posibilita la opción de riego adicional en el terreno propio y reduce los tiempos de ejecución al poder desarrollar todas las fases en el mismo lugar.

Puesto que la limpieza se hace con agua, sin añadir ningún producto químico, el agua de lluvia es igualmente conducida a esta arqueta desde donde se puede almacenar y distribuir a diferentes zonas del cultivo.

Puesto que la limpieza se hace con agua, sin añadir ningún producto químico, el agua de lluvia es igualmente conducida a esta arqueta desde donde se puede almacenar y distribuir a diferentes zonas del cultivo.

Fotografía: Arturo Martínez de Maya