Casa de Lomas
La remodelación de esta vivienda fue una creación personal de Marcela Sliva, lograda con el aporte técnico de un equipo de profesionales.
03 de marzo de 2017
«De todos los trabajos que me invitaron a publicar por este medio, y que vengo compartiendo con mucha alegría, éste es muy particular – comenta Marcela -porque es mi espacio, el que vine imaginando desde hace muchísimo tiempo. En este desarrollo fui cliente y diseñadora al mismo tiempo, pensando en mí como profesional y a la vez como alguien que iba a habitar cada día estos ambientes que estaba proyectando; imaginando a mi familia en cada lugar y tratando de brindarles a cada uno, sus rincones especiales, donde se sintieran a gusto, donde se sintieran en casa.»
Si bien Marcela es una persona muy activa que permanentemente está renovando su entorno con nuevos detalles, este trabajo fue para ella la realización concreta de algo que iba a permanecer, no un evento que tiene un principio y un final, o una fiesta en la que todo se prepara para la vivencia de unas horas. Éste iba a ser su lugar de vida.
Recuerda que su marido le dijo: «Marcela, aquí están las llaves de la casa para que restaures», y ella no lo podía creer. Siempre había decorado las diferentes casas en donde les había tocando vivir, pero recibir esta sorpresa de tener un espacio para remodelar totalmente y hacerlo para su familia, fue muy impactante. Pero más fuerte aún y más devastador fue ¡cuando vio el estado en el que estaba la casa! Si bien estaba ubicada en un lugar privilegiado de Lomas de los Carolinos, estaba totalmente abandonada. Ni siquiera se veía que daba al golf.
Fueron momentos de muchísima ansiedad. «¡Me llevó más de 5 meses sentarme a proyectarla!- nos comparte -Dibujaba, tachaba, volvía a empezar, me inundaba de ideas, me imaginaba mil cosas y nuevamente comenzaba a dibujarlas.» Hasta que tomó la primera decisión concreta: la llamó a su hermana Betina Sliva que es arquitecta para que junto a su socio le hicieran a la casa, la primera “lavada de cara”.
No fueron grandes cambios de diseño en esa primera etapa, pero sí fue muy importante para lograr neutralizarla, liberarla, ya que una de sus características más notables a primera vista era que la casa era toda azul, por fuera y por dentro. Paredes azules, pisos azules, cerámicos azules. Fue necesario limpiarla y despejar además su entorno para visualizar mejor su estado y los espacios con los que se contaba. La pileta estaba emplazada a 1.50 mts de altura en el jardín y esto era precisamente lo que tapaba su vista hacia el golf, encerrando la casa, en lugar de abrirla hacia su entorno.
Más de un año se trabajó en esta primera etapa, logrando una estética más simple, y con la idea de que solamente quedara habitable, para poder mudarse y viviendo allí comenzar a remodelar los espacios que ya se estaban planificando para la segunda etapa del proyecto.
Y nos mudamos
Así comenzaron en familia a verificar las necesidades que iban surgiendo y de a poco se iniciaron las demoliciones de muros y las modificaciones internas para ir logrando cada objetivo.
Y fue un “caos”. «Vivir en obra es literalmente “demoledor” –expresa Marcela- Pero las ganas eran tan grandes que atravesamos cada una de estas instancias con enormes cuotas de paciencia y todos los deseos de ver los sueños hechos realidad. En este punto debo agradecer infinitamente a mi familia, que tanto me acompañó en todo este maravilloso y agotador proceso.»
La pérgola a doble altura
Ya en la primera etapa habían notado la necesidad de una galería, especialmente pensando en la familia, los permanentes encuentros y asados en los que se juntan entre 30 y 40 personas y, además porque cuando Marcela entró por primera vez a la casa, la envolvió una gran sensación de chatura, como que la casa la aplastaba.
«Era algo muy contradictorio – expresa – sentir que entraba a un departamento estando en un country. ¡Era casi insólito!. Por eso, le surgió inmediatamente esa gran necesidad de darle a la casa un vuelo al exterior y en altura para abrirla hacia el entorno.
Pero el sector que debía dar pie a la galería estaba orientada hacia el Noroeste, por lo cual el sol era el gran tema. Es allí donde se le ocurre la fastuosa idea de hacer una “pérgola a doble altura”, es decir, poder hacerle un techo voladizo incluso a las habitaciones de arriba, para lograr así brindarles sombra.
Contra todos los pronósticos de todo el mundo que le decían que era una verdadera locura, se levantó la galería a doble altura. Realizada en madera y material liviano para optimizar costos y además para obtener con ese diseño una piel permeable que integrara la casa con el jardín. «¡La satisfacción en mí fue enorme!– dice Marcela – me encantó haber concretado la idea y además todos los que van a casa aprecian esa doble altura, se sorprenden y la disfrutan.»
Ya con esa intervención, además de lograr generar ese tan deseado lugar de reuniones familiares, se logró bajar 10 grados de temperatura en el interior de la casa, pero además la pérgola con su gran altura le otorgó a esa fachada interna una importancia que no tenía, la destacó y le otorgó elegancia e innovación.
Luego, con la colaboración del arquitecto José Bearzotti y su hija Natalia Bearzotti, se continuaron las intervenciones. Se prolongó la galería, se realizaron ampliaciones en diferentes espacios de la casa y se diseño tanto el ingreso como la pileta, dos ítemes muy importantes que le dan a la casa nada menos que el comienzo y el final.
El cerramiento de la galería
Luego siguió también, con el asesoramiento técnico de los Arq. Bearzotti, la idea de los “parasoles corredizos gigantes”, rayados, de aluminio que colaboraron en detener el ingreso de la lluvia y brindarle al interior de la galería un ambiente más acogedor y protegido, con mayor sombra aún, pero sin limitar el ingreso de luz y otorgándole esa agradable sensación que brinda la iluminación natural tamizada.
«Esta idea la obtuve de Singapur –expresa Marcela –con sus techos rayados y las sombras que se generan, esos dibujos lineales en el piso y en las paredes, una presencia sutil que baña los espacios y que al mismo tiempo se va corriendo a lo largo del día, como acompañando el natural paso de la vida. Una agradable sensación de estar abrazada por el sol, el cielo, el infinito.»
Finalmente con la colaboración de Eugenia Beltrán y Pilar Carranza se abordó la última etapa que fue la ambientación, sumando ideas y mobiliario a la estética que Marcela ya venía trabajando en sus eventos y que fue plasmando en consecuencia, en su propia casa. En todos los ambientes conviven estos elementos decorativos, con piezas de alto diseño, muebles y objetos originales de firma.
El jardín
Partiendo del eclecticismo general que se logró en la casa, con la convivencia de tantos estilos – el marroquí y el hindú expresado en elementos decorativos, alfombras y texturas, el oriental en los espacios semicubiertos, tamizados y permeables, lo antiguo presente en muebles, espejos y objetos, lo moderno y minimalista, acompañando con sus líneas limpias y puras en todas sus envolventes, pisos, repisas y estantes, lo vintage y hippie moderno a través de mínimos detalles, géneros y deco – también “el jardín”, acompaña esta modalidad.
Junto al aesoramiento de la paisajista Silvina Gregoret y continuando con la colaboración del Estudio Bearzotti, se pensó en la idea de integrar dos estilos: el inglés, prolijo y de formas definidas, clásicas y constantes, con absoluto ritmo; con el estilo rústico de nuestro paisaje argentino, libre, natural y descontracturado, expresado en las gramíneas tan típicas de nuestros campos y sierras.
Esta combinación de ambos estilos, generó un entorno armónico con chispas de vida que acompañan de manera sutil todo lo que en la casa convive, siendo una plataforma consistente pero a la vez sencilla, como un escenario que da pie a las más variadas escenas. Una de ellas, que le da vida al jardín, es la pileta sin fin, que plasma en sí misma el uso de la perspectiva con punto de fuga, un recurso que caracteriza a las ambientaciones de Marcela.
La iluminación
Este es un punto de suma importancia. En todas las ambientaciones que Marcela realiza, la iluminación juega un papel protagónico.
Sus estudios al respecto y su constante búsqueda de despertar sensaciones, hacen que permanentemente se detenga a pensar y diseñar la iluminación con sumo detalle, como se diseña una envolvente o el equipamiento de un espacio, y su casa no podía ser la excepción.
Así es como, tanto en el exterior como en el interior, se propuso lograr una iluminación escenográfica que, sumada a la doble altura generada y a la intervención decorativa de los espacios aéreos, son los ejes fundamentales de su estética.
En diferentes etapas de ampliaciones y modificaciones, que se fueron desarrollando a lo largo del proyecto, se contó con la conducción técnica de Juan Carlos Vanetti quien junto a Marcela, trabajó especialmente en las remodelaciones internas de la casa.
Un detalle particular
En un pequeño sector de la fachada se generó un “petit garage”: un espacio vidriado y revestido en madera por dentro, «que más tarde terminó siendo el lugar favorito de la Harley Davidson de mi marido» añade Marcela. Un “chiche” que hoy todos reconocen como un símbolo de la casa.
«En definitiva, – sintetiza Marcela – mi casa es la concreción de un gran sueño personal, inundado de ideas, dibujos y diseños que durante años fui imaginando, expresando y proyectando y que pudieron hacerse realidad con el aporte técnico y la experiencia de muchos profesionales. Todos supieron interpretarme y acompañarme aportando sus conocimientos para poder implementar esas ideas tan personales y tan deseadas. Mi casa está vestida con todo lo que uso para mis eventos, es un espacio de permanente acción, donde en todo momento se está sucediendo ese maravilloso acto de magia y de sorpresas que es la creación. ¡Así la disfruto, así vivo!»
Ficha Técnica
Nombre del proyecto: Casa Lomas
Idea creativa: Marcela Sliva
Dirección técnica primera etapa: Arq. Betina Sliva – Estudio Laprovitta y Asoc.
Dirección técnica segunda etapa: Arq. José y Natalia Bearzotti
Colaboración técnica: Juan Carlos Vanetti
Decoración: Marcela Sliva
Colaboración de decoración: Eugenia Beltrán y Pilar Carranza
Paisajismo: Silvina Gregoret
Ubicación: Country Lomas de los Carolinos, Córdoba
Superficie: 600 m2
Año: 2010 (inicio de obra) – hasta la actualidad.
Fuente: Marcela Sliva
Imágenes cortesía de: Gonzalo Viramonte – www.flickr.com/photos/gonzaloviramonte
Sobre el proyecto
- Año 2010 - actualidad
- Superficie 600 m2