De Vuelta A Casa
Egue y Seta reformaron esta vivienda con un diseño más acorde a los tiempos actuales pero sin que pierda esa identidad, para volver a casa sin perder el estilo.
Hay en este piso, sin embargo, algo sumamente valioso y hermoso que las fotos no dejan ver…. Algo mejor que cualquier acabado de lujo, o más bonito que la más famosa de las piezas de mobiliario de diseño. En este piso hay abuelos. De esos que no se pueden comprar ni diseñar ni cambiar por otros mejores. De esos que «hacen hogar» apenas entran. Hay quien tiene buenos vecinos. Un lujo. Pero el que puede llamar a la vecina «mamá», es definitivamente muy afortunado…
A su «pisito» de Barcelona puede que no le faltasen metros, encanto, vistas o ubicación, pero mira tú por dónde que ella siempre pensó que a aquello cojeaba de algo. Él le decía que «todo no se puede tener» y ella le repetía que no era tanto que quisiese tenerlo todo sino una simple necesidad de ponerle nombre a lo que echaba en falta.
El asunto le perseguía cuando podía: Recogiendo a los peques de la enésima actividad extra escolar del día (a las siete pasadas) o cuando se metía, por deporte, en «idealista» para matar el tiempo.
Un domingo cualquiera, cuando volvían de Girona de visitar a los suegros, la respuesta le asaltó por sorpresa antes de salir de la estación: a ese piso no le hace falta una habitación en suite, ni cambiar el parqué, ni integrar la cocina al comedor… A tu casa lo que le está haciendo falta es un par de abuelos. Su marido le dijo que no conocía a ningún decorador que le pudiese proyectar eso y se rieron un rato. Olvidaron el tema hasta que, meses después, el destino les puso el asunto de nuevo sobre la mesa (o en la pantalla del móvil).
—Ostras¡ Pero qué guapa está tu madre en esta foto ¿No?¡ … Mírala a ella toda puesta con los selfies y tal…¡Qué gracia¡
—Ya… Pero eso es otro tema. ¡Venga, nena¡…Fíjate bien…No es eso lo que te quiero mostrar.
—¿Qué? ¿Los geranios? ¡Jolín, es verdad¡ Son los que le llevamos el finde aquel que fuimos a… ¿A que, ahí en el balcón, le quedan monísimos?
—Que sí, vida, pero céntrate, va. Mírala en detalle…
—¿O qué tal si me cuentas qué es exactamente lo que tengo que mirar?
—Pues el cartel detrás. EN la barandilla del vecino… Fíjate. Pone «se vende».
—Ya..
—¿Ya? ¿Sólo eso? ¿Ya está? ¿No decías a que a este piso le faltaban abuelos? Que la canguro y el casal y la enésima actividad extra escolar…
—Ya pero a ese quién sabe… Vale que tendríamos a tus padres al lado, pero a ese apartamento quizas le falte todo lo demás…
—Hombre, supongo que siendo la misma finca y el mismo piso, no ha de ser muy diferente al de mis…Es como 3 veces esto… Ahí crecimos mis 3 hermanos y ..
—Ya, cariño, pero qué…Yo es que no lo estoy pillando…¿Vamos a renunciar al curro aquí y buscar otra cosa en Girona?
—O no… Podríamos ir y volver cada día..
—Ciento y pico de kilómetros, amor mio¡ Doscientos y tantos al día… No digo más…
—En AVE es media hora… Yo aquí en Barcelona, con el coche y el metro y los atascos de la Diagonal, hago más..
—Ya, pero eso será un pastizal…
—No te creas… Hay abonos que …El precio de la vivienda ahí, comparado con los alquileres acá… Me refiero a que bueno, que al final compensa… Te repito: la canguro, el casal…
—Ya pero, habrá que hacerle algo, ¿no?.. ¿Aquello no será un reformón?
—Igual sí, o no… Pero para eso sí creo conocer a «un par» que nos podría echar un cable.
Aquel piso era una postal, quizás demasiado fiel, de los años cincuenta. Un festival de terrazos y baldosines repartidos entre demasiadas habitaciones más bien pequeñas, atestadas de mueble clásico español y toneladas de madera. No todo era tan «blanco y negro» en cualquier caso. La casa, aunque excesivamente compartimentada, tenía sin embargo, una muy buena dimensión en conjunto y casi todas las habitaciones miraban sobre unas bonitas vistas y quedaban bañadas de un montón de luz natural.
La tarea de Egue y Seta entonces consistía en desvestir enteramente suelos y techos y replantear, de forma acorde con los estilos de vida actuales, la ubicación de casi todas las paredes.
Egue y Seta De vuelta a casa
Ahí donde funcionaba una lavandería para limpiar la ropa de un batallón, se acabó montando un home-office acristalado que cuando cierra sus cortinas funciona como habitación de invitados y cuando permanece abierto se integra visualmente al comedor con toda su luz natural y su terraza balcón.
Lo que fueron en el pasado tres habitaciones pequeñas, es hoy y tras la reforma, un generoso y acontecido espacio de salón – comedor – cocina que incorpora a su trazado los metros cuadrados de los pasillos y la circulación para lucir aún más extrovertido y amplio.
De vuelta a casa
En el interior o en la parte más íntima de la casa, dos de las habitaciones originales se fusionaron en un dormitorio principal en suite (con cuarto de baño y vestidor); mientras que el antiguo tendedero dio lugar a una segunda habitación infantil.
A nivel estilístico las opciones fueron poco a poco combinando la necesidad de calidez y claridad de los clientes con las pinceladas de color, patrón y textura que querían incluir en su nuevo hogar relocalizado.
De vuelta a casa
Hay en este piso, sin embargo, algo sumamente valioso y hermoso que las fotos no dejan ver. Algo mejor que cualquier acabado de lujo, o más bonito que la más famosa de las piezas de mobiliario de diseño. En este piso hay abuelos. De esos que no se pueden comprar ni diseñar ni cambiar por otros mejores. De esos que «hacen hogar» apenas entran. Hay quien tiene buenos vecinos. Un lujo. Pero el que puede llamar a la vecina «mamá», es definitivamente muy afortunado…
Y eso vale oro… Eso compensa reformas, mudanzas, desplazamientos, teletrabajo o lo que sea, pues todo es poco cuando la posibilidad de «volver a casa», de verdad y cada día, se asoma.
Ph: VICUGO FOTO www.vicugo.com
Sobre el autor
Egue y Seta
Sobre el proyecto
- Año 2019
- Superficie 172m2