Hotel Ikiru
Un proyecto armonioso de renovación y marca co-creado con la naturaleza. Sentir la sensación de entrar en un lugar diseñado para la paz y la restauración.
IDEOLOGIST ha encabezado la renovación y el cambio de marca del Ikiru Hotel, un proyecto profundamente inspirado en las tradiciones artísticas japonesas, donde la intervención humana enmarca delicadamente la vida natural, completándola en lugar de dominarla.
Fondo
El propietario de un hotel ubicado en la pintoresca costa del Mar Negro se acercó a IDEOLOGIST para liderar la transformación de un edificio turístico de la era soviética tardía y diseñar los interiores de sus 30 habitaciones. Un elemento central del proyecto fue la visión del propietario de desarrollar un futuro campo de entrenamiento de aikido junto a la estructura principal, creando un entorno arquitectónico y estilístico cohesivo.
concepto
El entorno del hotel, un paisaje definido por el mar, los acantilados, el bosque y el río, proporciona inherentemente un entorno poderoso y autosostenible. La naturaleza circundante ofrece un telón de fondo extraordinario y la arquitectura fue diseñada con el objetivo de integrarse perfectamente en ella.
La tradición estética japonesa tiene sus raíces en el principio de no alteración de los objetos naturales. Este enfoque podría denominarse «no creativo» en el sentido de que crear algo nuevo no es un acto de imposición, sino más bien un proceso de revelar lo que ya es inherente a la naturaleza. En esta forma de pensar, la naturaleza ya es perfecta y los esfuerzos humanos sólo deberían servir para resaltar e iluminar su belleza.
De acuerdo con esta filosofía, diseñamos la arquitectura y los interiores del hotel para que sirvieran como una forma de «encuadre» para el entorno que lo rodea. El edificio actúa como una guía sutil, centrando la atención en el paisaje natural en lugar de competir con él.
El nombre del hotel, Ikiru, resuena con el concepto japonés de vida misma, que significa «vivir» o «estar vivo». Para los japoneses, las piedras, los árboles, las montañas, el agua y todos los elementos circundantes dan vida. Esta comprensión de la interconexión de la vida hace eco de la filosofía del aikido, que enseña la unidad de cuerpo y espíritu, así como la armonía entre las personas, uno mismo y el medio ambiente.
Arquitectura
El diseño del Ikiru Hotel se inspira en los sobrios patrones de la tela tradicional de los kimonos masculinos. Esta visión se materializa a través de líneas claras y minimalistas y una economía de elementos, enfatizando la relación entre el edificio y su entorno. La arquitectura prioriza lo esencial: dirige la atención hacia la belleza natural que envuelve el sitio.
Una característica clave del diseño es el uso de bandas rectangulares que parecen flotar alrededor del volumen principal del edificio, que recuerdan a la tela envuelta sobre un kimono. Estas bandas rodean el edificio en cada nivel, proyectándose más allá de sus ventanas y balcones, rompiendo así la composición convencional de la fachada y creando intrincados juegos de luces y sombras.
Hotel Ikiru
Esta estrategia brinda una sensación de fluidez dinámica a la fachada del edificio y al mismo tiempo aumenta la privacidad de los huéspedes. Los elementos salientes forman una especie de «marco» a través del cual los huéspedes pueden ver el paisaje, mejorando su conexión con la naturaleza y al mismo tiempo protegiéndolos del escrutinio externo. Este elemento es a la vez estético y funcional: no sólo guía la mirada del espectador, sino que también garantiza una conexión íntima entre el huésped y el entorno.
El techo del edificio está diseñado con pendientes en forma de cascada y ondas, que reflejan el terreno e invocan la arquitectura tradicional de los templos japoneses, asentando el proyecto en sus raíces culturales.
Diseño de interiores
El diseño interior del Ikiru Hotel está impulsado por un enfoque en la armonía y la tranquilidad, principios centrales tanto de la filosofía del aikido como de la estética tradicional japonesa donde el espacio y el detalle son de suma importancia.
Una característica distintiva de los interiores es la disposición de los muebles: todas las camas están alineadas de cara a las ventanas. El mar, el bosque y las montañas en constante cambio se convierten en elementos integrales de la estadía de cada huésped. Esta elección intencional de diseño crea un vínculo directo entre los huéspedes y su entorno natural, asegurando que la vista se convierta en parte de su experiencia cotidiana.
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Los muebles son deliberadamente bajos y anchos, reflejando el estilo de las salas de estar japonesas, donde es común sentarse en el suelo. Sin embargo, para la comodidad de los invitados europeos, se mantuvieron las alturas estándar de los asientos, combinando sutilmente la autenticidad cultural con la sensibilidad moderna. Esta yuxtaposición crea un efecto óptico en el que los muebles se sienten integrados en el espacio sin dominarlo, realzando un ambiente tranquilo y libre de conflictos.
Otro elemento clave es el uso de plataformas elevadas, que ayudan a definir diferentes zonas dentro de las habitaciones y añaden profundidad. Al igual que en los hogares japoneses tradicionales, donde los niveles del espacio transmiten significado, estos podios simbolizan un viaje hacia el interior. Al entrar a la sala, se invita a los huéspedes a quitarse los zapatos en la zona inferior, lo que marca un cambio del agitado mundo exterior a un espacio sereno y contemplativo destinado a la reflexión y el rejuvenecimiento. Este pequeño pero simbólico gesto ofrece una transición psicológica, puramente informativa.
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Iluminación y Materiales
La iluminación juega un papel crucial en el ambiente general del Ikiru Hotel. Se implementó un esquema de iluminación suave y discreto con contrastes cuidadosamente pensados para evocar una sensación de calma y comodidad. Guiada por principios minimalistas, la iluminación realza los puntos focales sin dominar los elementos naturales que permanecen en el corazón de la experiencia.
La elección de los materiales es igualmente importante a la hora de crear una conexión con la naturaleza. Los acabados son táctiles, naturales y discretos: el yeso en tonos claros, la cálida madera de arce y el tradicional papel washi japonés contribuyen a una experiencia sensorial que invita al tacto y la observación. El suelo tiene un acabado predominante de parquet, pero en determinadas zonas se han introducido tatamis, otro guiño a las tradiciones de diseño japonesas. Los tatami también sirven como zonas multifuncionales, donde los muebles minimalistas y de bajo perfil permiten a los huéspedes descansar cómodamente en el suelo, ofreciendo una visión de la auténtica vida japonesa, aunque adaptada al confort europeo moderno.
Hotel Ikiru
Tipos de habitaciones y filosofía de diseño
Ikiru Hotel ofrece siete configuraciones de habitaciones diferentes, cada una de las cuales varía en tamaño y diseño, pero todas se adhieren al concepto general de tranquilidad, interacción con la naturaleza y unidad de diseño. Estas habitaciones satisfacen diversas necesidades, desde espacios compactos para dos, diseñados con el espíritu de los eficientes hoteles de Tokio, hasta amplias suites de lujo con dormitorios separados y zonas exclusivas para tomar té.
Uno de los pilares del diseño en varias habitaciones es el uso de mamparas correderas kumiko, que permiten a los huéspedes adaptar el espacio a sus preferencias. Esta modularidad garantiza flexibilidad, permitiendo que las habitaciones se dividan en diferentes zonas (como la separación de las áreas de estar y de dormir) o se abran para una experiencia más conectada. Esta adaptabilidad refleja la larga tradición japonesa de transformar un único espacio en múltiples entornos para diferentes usos a lo largo del día.
Incluso en las habitaciones más pequeñas, algunas de hasta 15 metros cuadrados, la filosofía central sigue centrada en maximizar la interacción con las vistas panorámicas. El diseño minimalista, junto con la inteligente ubicación de los muebles, genera una sorprendente sensación de amplitud e intimidad, sin desorden innecesario.
Hotel Ikiru Hotel Ikiru Hotel Ikiru
A diferencia de muchos complejos turísticos donde el objetivo es simplemente brindar comodidad u opulencia, Ikiru invita sutilmente a cada huésped a un diálogo con la naturaleza. La arquitectura no busca imponerse al paisaje sino actuar como complemento de él, asegurando que el mundo natural siga siendo el verdadero foco.
Así como el aikido enseña la atención plena en movimiento, Ikiru Hotel fomenta la atención plena en la quietud: una invitación a vivir intencionalmente, a encontrar la belleza no sólo en los grandes gestos sino en las sutiles interacciones entre el diseño humano y los ritmos eternos de la naturaleza.
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