Una piel de bambú para un spa con hammam
El bambú predomina para brindar un ambiente cálido y con materiales naturales. El diseño estuvo a cargo de Zooco Estudio para este spa que incluye un hamman o baño turco.
El proyecto de este nuevo spa se sitúa en el céntrico barrio madrileño de las Cortes. El programa se compone de un uso mixto de espacio de tienda y exposición de cosmética natural y wellness y una zona de masajes a la que se le suma una sala habilitada para baño turco o hammam. El proceso creativo de diseño por parte de Zooco Estudio lleva, debido a la naturaleza del programa, a pensar en un imaginario con materiales naturales y atmósferas cálidas y relajadas. Por ello, se usaron tarimas de madera de bambú para suelos, y varas de bambú a modo de segunda piel en paredes enyesadas dejándolas en un tono natural.
El concepto global nace de generar mediante una geométrica orgánica, una organización de espacios que sea capaz de servir a todas las necesidades. Por ello, se sirven de un elemento lineal vertical que es el bambú y se lo repite a lo largo enfatizando las zonas de cambio.
El bambú como material destacado
En la entrada, la marquesina es rodeada por el bambú de manera horizontal, haciendo entrever cómo va a ser el interior del local desde la perspectiva de la calle. Dentro del local, en la zona de exposición y tienda cubierta en su perímetro, hay nuevamente una piel de varas de bambú. Estas varas se amoldan cortándose mediante baldas voladas metálicas de hierro barnizadas.
Las baldas voladas responden a su uso pegándose a la pared para almacenaje y exposición; ensanchándose para incluir una zona de lavado mediante un lavabo circular de terracota; o despegándose de la pared para generar al mostrador de la tienda. Las paredes se quedan enyesadas, haciéndose más marcadas en las zonas de mostrador, lavabo y zonas altas, donde se encuentran los leds.
Mediante una puerta corredera de suelo a techo, se independiza la tienda del resto del programa del proyecto, generando así, la dualidad que el cliente buscaba en su tienda. Una vez cruzada esta puerta, nos encontramos con la zona de descanso. Aquí una chapa metálica continúa con la morfología de la tienda, donde se encuentra un asiento en L cubierto de un tapizado en tonos crudos. Aquí se ubican las entradas a las salas de masajes y al baño.
Las zonas críticas del spa: la sala de masajes y el hammam
La versatilidad del área de masajes permite que se pueda hacer un masaje individual, por parejas, o dos individuales mediante un elemento divisor temporal en el medio. La materialidad de esta sala está realizada mediante tarima de bambú oscuro, y un zócalo del mismo material hasta una altura de 80cm. La luz, toda regulada al gusto del cliente, baña paredes y zócalo mediante leds, y se configura a su gusto mediante proyectores superficiales giratorios.
Por último, tenemos la sala del hammam. Dos asientos a diferentes altura se disponen a modo de “U” recorriendo las paredes de la sala para generar diferentes configuraciones con cliente y masajeador. El hammam evoca la idea de cueva debido a su techo a modo de bóveda plana. Está recubierto tanto en techo, como en paredes, asientos y suelo, con cerámico de tamaño pequeño en tonos grises y tierra.
Este revestimiento cerámico se divide en tres bandas diferentes, la de suelo y asiento, de forma circular y tono oscuro. Luego, otra por la zona media de transición de forma hexagonal y tono neutro. Y por último, la banda de techo con cerámico de forma cuadrado y tono claro. De esta manera se genera una atmósfera relajada, sumado a la iluminación, que, en esta sala, se puede regular la intensidad y el color.