Sobre la costa noroeste de la isla de Java se encuentra Jakarta, capital de Indonesia. La gran ciudad se divide en cinco distritos, uno de ellos centro el financiero. Entre rascacielos y embajadas, el estudio local de diseño CO+IN Collaborative Lab diseñó un pequeño refugio entre gigantes: Slow Hill, una unidad residencial cuya construcción finalizó en 2021. El desafío principal fue lograr un espacio que pudiera albergar todas las actividades domésticas y del trabajo remoto, brindando la posibilidad de mutar y adaptarse a las necesidades de quien la habite.
Slow Hill
El primer mapa
Sobre una planta rectangular de 25m2, el equipo de CO+IN Collaborative Lab logró incorporar recepción, guardarropas, cocina, baño, zona de dormitorio, espacio de guardado y un área que se transforma de acuerdo a la situación de uso: comedor, oficina y espacio para recibir visitas. Los espacios de guardado fueron la clave para para evitar el amontonamiento visual de los objetos. Los conceptos de multifunción y flexibilidad guiaron esa búsqueda: el sillón se convierte en cama, las escaleras pueden ser asientos y los cajones quedan invisibilizados dentro de estructuras mayores.
La protagonista de Slow Hill es la plataforma que vincula la cama en altura con un gran espacio de guardado debajo de ella. Se trata de un núcleo que reúne todas las actividades: dormir, estudiar, trabajar, vestirse y organizar los objetos personales. La mesa del escritorio, central en los usos diarios, puede deslizarse y ocultarse por completo debajo de la plataforma.
Slow Hill 
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La vida slow
Formas redondeadas, curvas y una paleta de tonos nude contrastan con el pulso nervioso de la ciudad y convierten a Slow Hill en una “colina lenta”. Para generar movimiento dentro del pequeño departamento, los diseñadoreseligieron superficies de terrazo para la mesada de la cocina y los escalones de la plataforma multifunción.
La geometría también es un factor clave para organizar la experiencia y potenciar sus dimensiones: las vetas de la madera corren en sentido vertical, mientras que el mueble integrado que recorre todo un lado del departamento alterna entre el color natural de la madera y el tono blanco para generar una mayor profundidad.
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Si la vida cabe en 25 m2, es posible que nos estén sobrando metros, espacios y habitaciones. Aquí es donde la arquitectura y el diseño nos hacen repensar nuestras necesidades: podemos engañar al ojo con las dimensiones y mejorar la experiencia como usuarios de espacios habitables. En eso, CO+IN Collaborative Lab supo dar argumentos con Slow Hill, un lugar para vivir más despacio, un espacio en donde todo queda más cerca.
CRÉDITOS
Imágenes cortesía de CO+IN Collaborative Lab
www.coincollaborativelab.com
