En tiempos de crisis, las ideas fluyen bajo presión. Así le pasó NICOLÁS GARCÍA MAYOR, quien hace unos años desarrolló unidades móviles y de fácil construcción para responder a la crisis humanitaria de refugiados alrededor del mundo. Esta propuesta lo llevó ante la ONU —que lo nombró uno de los diez “Jóvenes Sobresalientes del Mundo” en 2014— y, posteriormente, a su relocalización en Washington, luego de que el gobierno de BARACK OBAMA le otorgara la residencia permanente como Brilliant Talent. Ante el actual contexto de pandemia, adaptó aquella propuesta inicial para asistir al sistema hospitalario en situación de colapso.
La Fundación Cmax actualizó las unidades desmontables a la emergencia sanitaria actual, ya sea para países que atraviesan el pico de contagios, o para aquellos que ya lo pasaron y temen un segundo rebrote de la enfermedad más adelante. Estas unidades están pensadas para instalar hospitales móviles de manera rápida y segura: son livianas, desmontables y accesibles. Fabricadas con los últimos avances en nanotecnología, como la incorporación de oro y cobre a las telas —materiales que probaron su utilidad antibacterial y protectora—, están pensadas para responder a la demanda de infraestructura en salud.
La propuesta completa incluye tres tipos de unidades diseñadas para diferentes usos. Una vez instaladas, todas quedan elevadas sobre el nivel del suelo sin necesidad de utilizar herramientas. Por un lado, la CMAX MED está orientada a la hospitalización de pacientes enfermos: permite alojar más camas y respiradores, y ofrece una mayor capacidad de respuesta. Por otra parte, la CMAX LAB es una unidad para testeos de posibles contagiados, que se encuentran aislados de los confirmados. Por último, las CMAX ZZZ están destinadas al descanso y protección del cuerpo médico.
Desde su sitio web, Fundación Cmax lanzó un crowfunding para la producción de unidades, con el objetivo de distribuirlas mundialmente en donde se requieran. El proyecto es un logrado caso acerca de cómo la tecnología puesta al servicio de la salud y el diseño como recurso humanitario pueden hacer de la innovación una causa que cura, salva y mejora la calidad de vida de los habitantes.
Imágenes cortesía de Cmax Foundation