Todo queda en casa
Con una superficie de 700 m2 distribuidos en dos plantas y una galería semicubierta, la casa fue proyectada con espacios amplios para ser disfrutada por niños y adultos.
Con una superficie de 700 m2 distribuidos en dos plantas y una galería semicubierta, la casa fue proyectada con espacios amplios para ser disfrutada por niños y adultos.
El estudio de diseño de Dolores Jaeggy fue convocado para desarrollar una reforma en una casa en Yerba Buena.
La más sofisticada cocina francesa convive con obras de Basquiat en un ambiente con pasado ferroviario e impronta art-deco en Hong Kong.
Un ambicioso proyecto convirtió un antiguo almacén de caviar en un loft de varios niveles con un fluido ensamble entre los ambientes interiores y el espacio exterior.
El rediseño de un penthouse en Karaköy, uno de los barrios céntricos de la antigua Constantinopla, dio como resultado un espacio práctico, cómodo y natural, con la Torre de Gálata de testigo.
Pensados como ampliaciones de áreas privadas o diseñados como ambientes independientes, se transforman en los imprescindibles de las temporadas cálidas: semicubiertos, con galerías o 100% abiertos, son los espacios más esperados del año.
Su apellido figura entre los más celebrados del arte mundial, pero él prefiere la tranquilidad del perfil bajo. En 2012 abrió su propio bar en Buenos Aires, un inédito espacio que, entre copas y obras, actualiza la noción de galería ubicando al arte fuera de las salas.
Un Bed and Breakfast diseñado por Lyon Porter en el barrio Williamsburg de Brooklyn, ofrece una estadía de lujo con estética de cabaña.
Un proyecto privado reúne una exclusiva experiencia turística en pleno bosque húmedo ecuatoriano con un magnífico espacio de conservación e investigación.
En lugar de abandonarlos como escombros descartables, un grupo de estudiantes hizo de los bidones, recipientes, cajones y tachos de un mercado de Jerusalén, Israel, el asiento de sus banquetas.
El estudio checo Design Fabrika rescata la belleza y la elegancia de los antiguos cubos de basura de metal y los convierte en una familia de objetos de uso funcional y cotidiano.
El salto es alto, pero seguro: las tablas que ya no sirven para hacer piruetas sobre las pistas de skate, pasan por el taller y salen convertidas en instrumentos custom made.
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